Una manera fácil de convertir la preparación de una comida sencilla en un ejercicio de atención plena es estar consciente de los colores que se utilizan en la receta.
Comer alimentos de un beige monocromático es mucho menos interesante que comer un toque de verde, un toque de rojo y una explosión de amarillo.
Añadir color a tus comidas hace que tus sentidos participen de la experiencia. Tus ojos se involucrarán y disfrutarán de la comida tanto como lo hace tu boca.
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Como beneficio adicional, comer colores también garantiza que recibas una nutrición variada y una gran cantidad de fitonutrientes.
Los alimentos rojos, morados, amarillos, azules e incluso blancos ofrecen una variedad de vitaminas y minerales que nuestro cuerpo requiere. Ciertos colores en los alimentos incluso pueden ayudar a prevenir enfermedades.
Por ello, la próxima vez que prepares, por ejemplo, una tortita de espinacas, tómate un momento para notar lo satisfactorio que es para tu sentido de la vista agregar el rojo vibrante de un tomate cherry y el blanco desmenuzable de un poco de queso feta.
Una parte integral de la atención plena es disfrutar de la belleza de las cosas simples y cotidianas. Concentrarse en el color de la comida es una forma de atenuar los sentidos ante el placer de una buena comida, por más sencilla que sea.
Fuente: Healthline