Los expertos creen que los trastornos alimentarios pueden ser causados ​​por una variedad de factores.

Uno de ellos es la genética. Los estudios de gemelos y de adopción que involucran a gemelos que fueron separados al nacer y adoptados por diferentes familias brindan alguna evidencia de que los trastornos alimentarios pueden ser hereditarios.

Este tipo de investigación ha demostrado que si un gemelo desarrolla un trastorno alimentario, el otro tiene un 50% de probabilidad de desarrollar uno también.

Los rasgos de personalidad son otra causa. En particular, el neuroticismo, el perfeccionismo y la impulsividad son tres rasgos de personalidad que suelen relacionarse con un mayor riesgo de desarrollar un trastorno alimentario.

Otras posibles causas incluyen las presiones percibidas para ser delgado(a), las preferencias culturales por la delgadez y la exposición a los medios que promueven tales ideales.

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De hecho, ciertos trastornos alimentarios parecen ser en su mayoría inexistentes en culturas que no han estado expuestas a los ideales occidentales de ser delgada o delgado.

Dicho esto, los ideales de delgadez culturalmente aceptados están muy presentes en muchas áreas del mundo. Sin embargo, en ciertos países, pocas personas terminan desarrollando un trastorno de la alimentación. Por lo tanto, es probable que sean ocasionados ​​​​por una combinación de factores.

En años recientes, los expertos han propuesto que las diferencias en la estructura y biología del cerebro también pueden desempeñar un papel en el desarrollo de los trastornos alimentarios.

En particular, los niveles de los mensajeros cerebrales serotonina y dopamina podrían ser factores determinantes.

Sin embargo, se necesitan más estudios antes de poder sacar conclusiones sólidas.

En resumen, los trastornos alimentarios pueden ser causados ​​por varios factores. Estos incluyen la genética, la biología del cerebro, los rasgos de personalidad y los ideales culturales.

 

Fuente: Healthline