Experimentas estrés cuando tu cuerpo responde a una situación emocional o físicamente desafiante. El estrés a corto plazo no está asociado con problemas de salud, pero el estrés a largo plazo o crónico sí lo está.
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Por ello, dicho estrés puede afectar tu cuerpo de maneras inesperadas, las cuales te mencionamos a continuación:
- Más días de enfermedad. Las personas que están bajo estrés constante pueden ser más propensas a tener un sistema inmunitario débil. Es más probable que se enfermen con más frecuencia que las personas que no están bajo tanto estrés, ya sea por resfriados, gripe u otras enfermedades. Este efecto en la salud puede ser más notorio entre las personas con estrés crónico que no duermen lo suficiente, porque el sueño ayuda a proteger al sistema inmunológico.
- Problemas reproductivos. Demasiado estrés puede dificultar que las parejas conciban: el estrés crónico puede afectar la capacidad de una mujer para quedar embarazada y la capacidad del hombre para producir cantidades normales de esperma saludable. Las parejas que trabajan juntas para reducir los niveles de estrés pueden ayudar a mejorar su libido o sus posibilidades de concepción.
- Problemas cognitivos. Las personas que experimentan estrés crónico pueden experimentar problemas de memoria a corto o largo plazo, así como fallas en el buen juicio, debido a la presencia de hormonas del estrés como el cortisol. También pueden tener dificultad para prestar atención mientras intentan aprender cosas nuevas. La disminución de los niveles de estrés debería ayudar a mejorar la función cognitiva relacionada con el estrés.
- Problemas de la articulación temporomandibular (ATM). Si aprietas la mandíbula en respuesta al estrés crónico, puedes correr un mayor riesgo de desarrollar un trastorno de la articulación temporomandibular, una afección que se asocia con dolor en la mandíbula, dolores de cabeza y un chasquido que ocurre cuando abres o cierras la boca. Tomar medidas para reducir el estrés puede ayudar, al igual que usar un protector bucal por la noche, para evitar que rechines los dientes mientras duermes.
- Acné. El estrés crónico puede conducir a la producción de más cortisol de lo habitual, lo que puede hacer que la piel produzca más grasa de la que debería. La piel grasa aumenta la probabilidad de que aparezcan espinillas y acné. El estrés crónico también puede desencadenar brotes de otras afecciones de la piel, como el eccema y la psoriasis.
Fuente: Hackensack Meridian Health
