Todos hemos sentido nervios o ansiedad en algún momento. Lamentablemente, la vida moderna ha provocado un aumento en los casos de estrés crónico, el cual resulta peligroso e interfiere en la calidad de vida y, por ende, en la salud.

¿Cuáles son los riesgos? Sentirse fuera de control, fatigado e irritable en situaciones normalmente tranquilas, genera mecanismos internos de respuesta en el cuerpo. A continuación te contamos algunas reacciones físicas producidas por el estrés —a largo plazo—.

1. Envejecimiento y fragilidad.
2. Enfermedad coronaria.
3. Osteoporosis, artritis inflamatoria y diabetes.
4. Incapacidad del cerebro para bloquear toxinas potencialmente dañinas.
5. Disfunción severa del corazón.
6. Hipertensión y altos niveles de colesterol.
7. Depresión crónica.
8. Obesidad y disfunción renal.
9. Problemas de recuperación en caso de una enfermedad.
10. Abuso de alcohol u otras sustancias nocivas.

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Recomendaciones

  • Identifica la causa. Un psicólogo puede ayudarte a definir los motivos, así como a desarrollar un plan de acción para lidiar con ellos.
  • Vigila tus estados de ánimo. Escribe qué causa tu estrés, junto con tus pensamientos y estado de ánimo.
  • Haz tiempo para tus actividades favoritas. Darte 10 minutos al día de «tiempo personal» puede mejorar tu visión mental y reducir el estrés.
  • Aléjate de las situaciones que te molesten. Antes de reaccionar, cuenta hasta 10 para calmarte. También puede ayudarte el caminar u otras actividades físicas.
  • Establece estándares razonables para ti y los demás. No esperes la perfección.
  • Estudia tus prioridades y delega tareas. Elimina de tu lista las actividades que «deberías» hacer, pero no son indispensables.

Cuídate, recuerda que tu salud mental repercute en tu cuerpo.

 

Vía: APA