Muchos adultos mayores corren el riesgo de desarrollar problemas de salud mental. Pero esto no significa que los problemas de salud mental sean una parte normal del envejecimiento. Los estudios muestran que la mayoría de los adultos mayores se sienten satisfechos con sus vidas, aunque puedan tener más enfermedades o problemas físicos, así lo indica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Sin embargo, a veces los cambios importantes en la vida pueden hacer que estas personas se sientan incómodas, estresadas y tristes. Tales cambios podrían incluir la muerte de un ser querido, la jubilación o lidiar con una enfermedad grave. Muchos adultos mayores eventualmente se adaptarán a este ambiente cambiante, pero hay quienes tendrán más problemas para hacerlo. Esto puede ponerlos en riesgo de sufrir trastornos mentales como depresión y ansiedad.
Por lo anterior, es importante reconocer y tratar los trastornos mentales en los adultos mayores, ya que no solo causan sufrimiento mental, sino que además pueden dificultarles el manejo de otros problemas de salud. Esto es especialmente cierto si dichos problemas son crónicos.
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Algunas de las señales de advertencia de trastornos mentales en un adulto mayor incluyen:
- Cambios en el estado de ánimo o el nivel de energía.
- Un cambio en sus hábitos alimenticios o de sueño.
- Alejarse de las personas y las actividades que disfruta.
- Sentirse inusualmente confundido, olvidadizo, enojado, molesto, preocupado o asustado.
- Sentirse entumecido o como si nada importara.
- Tener dolores y molestias inexplicables.
- Sentir tristeza o desesperanza.
- Fumar o beber más de lo habitual, o consumir drogas.
- Ira, irritabilidad o agresividad.
- Tener pensamientos y recuerdos que no puede sacar de su cabeza.
- Escuchar voces o creer cosas que no son ciertas.
- Pensar en hacerse daño a sí mismo o a otros.
RECUERDA: Si eres adulto mayor y crees tener un problema de salud mental, busca ayuda profesional. La psicoterapia y/o los medicamentos pueden tratar los trastornos mentales. Si no sabes por dónde empezar, comunícate con tu médico de atención primaria.
