La sobrecarga sensorial se presenta cuando uno o más de los cinco sentidos del cuerpo se ven abrumados. Puede suceder, por ejemplo, en un restaurante lleno de gente, cuando la radio está demasiado alta o cuando una persona se rocía un perfume con olor muy penetrante.

En tales situaciones, el cerebro recibe demasiada información para poder procesarla adecuadamente. La sobrecarga sensorial conduce a sentimientos de incomodidad que van de leves a intensos.

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Todo el mundo experimenta una sobrecarga sensorial en algún momento de su vida. No obstante, algunos niños y adultos lo experimentan de manera regular. Para estas personas, las situaciones cotidianas pueden ser desafiantes.

Esto significa que para ellos, acudir a la cafetería del colegio o de la oficina puede suponer una sobrecarga sensorial. Los sonidos de las personas hablando en voz alta, los fuertes olores de la comida y las luces fluorescentes parpadeantes pueden desencadenar sentimientos de agobio e incomodidad.

 

Fuente: Medical News Today