Una radiografía abdominal es una imagen de las estructuras y órganos que se ubican en el vientre (abdomen). Estas incluyen el estómago, el hígado, el bazo y los intestinos grueso y delgado. También incluyen al diafragma, que es el músculo que separa las áreas del pecho y el vientre. Generalmente, se tomarán dos radiografías desde diferentes posiciones. Si la prueba se realiza para detectar ciertos problemas de los riñones o la vejiga, a menudo se denomina KUB (por sus siglas en inglés), pues evalúa los riñones, los uréteres y la vejiga.

Una radiografía abdominal puede ser una de las primeras pruebas que se realizan para encontrar la causa de un dolor abdominal, así como de hinchazón, náuseas o vómitos que esté sufriendo la persona. Asimismo, se pueden utilizar otras pruebas (como ultrasonido, tomografía computarizada, resonancia magnética o pielografía intravenosa) para buscar problemas más específicos.

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Específicamente, una radiografía abdominal se realiza para:

  • Buscar la causa de dolor o hinchazón en el abdomen, así como de náuseas y vómitos continuos.
  • Encontrar la causa del dolor en la parte inferior de la espalda a ambos lados de la columna (dolor en el costado). Esto porque puede mostrar el tamaño, la forma y la posición del hígado, el bazo y los riñones.
  • Buscar cálculos en la vesícula biliar, los riñones, los uréteres o la vejiga.
  • Buscar aire fuera de los intestinos.
  • Encontrar un objeto que haya sido tragado o puesto en una cavidad del cuerpo.
  • Confirmar la posición correcta de los tubos utilizados por tu médico en un tratamiento, como un tubo para drenar el estómago (sonda nasogástrica), un tubo de alimentación en el estómago, un tubo para drenar el riñón (tubo de nefrostomía), un catéter usado para diálisis, una derivación para drenar líquido del cerebro al estómago (derivación VP), u otros tubos o catéteres de drenaje.

Si tienes más dudas sobre la radiografía abdominal y su utilidad, consulta a tu médico.

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan Health