La queratitis es una inflamación de la córnea que puede estar asociada o no con una infección. Por una parte, la queratitis no infecciosa se produce por una lesión relativamente menor o por la presencia de cuerpos extraños en el ojo. En tanto, la queratitis infecciosa puede producirse por bacterias, virus, hongos y parásitos.

Los signos y los síntomas de la queratitis incluyen:

  • Enrojecimiento ocular.
  • Dolor ocular.
  • Exceso de lágrimas u otra secreción ocular.
  • Dificultad para abrir el párpado a causa de dolor o irritación.
  • Visión borrosa.
  • Visión disminuida.
  • Sensibilidad a la luz.

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer queratitis son:

  1. Lentes de contacto. Utilizar lentes de contacto, especialmente al dormir, aumenta el riesgo de padecer queratitis infecciosa y queratitis no infecciosa.
  2. Inmunidad reducida. Si tu sistema inmunitario está comprometido debido a una enfermedad o un medicamento, corres mayor riesgo de padecer queratitis.
  3. Corticoesteroides. El uso de gotas oftálmicas con corticoesteroides para tratar una enfermedad ocular puede aumentar el riesgo de padecer queratitis infecciosa o empeorar la queratitis existente.

Conoce más: ¿Qué pasa si duermes con tus lentes de contacto?

Recomendaciones

  • Elige lentes de contacto de uso diario y quítatelos antes de irte a dormir.
  • Lávate las manos, enjuágalas y sécalas minuciosamente antes de tocar los lentes de contacto.
  • Utiliza solo productos estériles que estén hechos específicamente para el cuidado de los lentes de contacto.
  • Frota suavemente los lentes durante la limpieza para mejorar la efectividad de la solución.
  • Reemplaza los lentes según lo recomendado.
  • Reemplaza el estuche de los lentes de contacto cada tres a seis meses.

 

Fuente: Mayo Clinic