Muchas personas con asma saben que su enfermedad puede estallar por la noche, y una nueva investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences sugiere que el reloj interno del cuerpo podría ser el culpable.

Los resultados son importantes pues ayudarían a tratar y estudiar mejor el asma, dijeron los autores.

«Este es uno de los primeros estudios en aislar cuidadosamente la influencia del sistema circadiano de los otros factores que son conductuales y ambientales, incluido el sueño», destacó Frank Scheer, director del Programa de Cronobiología Médica del Brigham and Women’s Hospital, en Boston, y coautor del estudio.

Hasta el 75% de las personas con asma reportan tener síntomas peores durante la noche, y se sabe que factores como el ejercicio, la temperatura del aire, la postura y el entorno del sueño afectan la gravedad del asma.

Pero el papel del reloj interno del cuerpo (sistema circadiano) no ha sido claro.

«Nuestros hallazgos apuntan a un fenómeno de asma ‘silenciosa’. La resistencia de las vías respiratorias de una persona puede empeorar por la noche, debido a los efectos combinados del sistema circadiano y del ciclo conductual de sueño/vigilia, pero generalmente no se dan cuenta de esto a menos que el asma sea tan grave que los despierte», explicó Scheer.

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El nuevo estudio incluyó a 17 personas con asma, quienes tomaban medicación con esteroides, pero usaban inhaladores broncodilatadores cuando empeoraban sus síntomas del asma.

Su función pulmonar, síntomas de asma y uso de inhaladores se evaluaron continuamente en dos protocolos separados. En uno, los pacientes estuvieron despiertos continuamente durante 38 horas. En el otro, fueron colocados en un ciclo recurrente de sueño/vigilia de 28 horas durante una semana.

Ambos protocolos revelaron que los participantes tenían su función pulmonar más baja durante la noche circadiana (alrededor de las 4 a.m.) y un empeoramiento del asma que normalmente puede pasar desapercibido durante el sueño.

Los pacientes usaron sus inhaladores con una recurrencia cuatro veces mayor durante la noche circadiana que durante el día, mostraron los resultados.

«Observamos que aquellas personas que tienen una peor asma en general son las que sufren las mayores caídas en la función pulmonar durante la noche, y también tienen los mayores cambios inducidos por los comportamientos, incluido el sueño», comentó Steven Shea, director del Instituto de Ciencias de la Salud Ocupacional de Oregón, en Portland, y coautor correspondiente del estudio.

 

Fuente: Health Day News