Los niños en edad preescolar se sienten impulsados ​​a explorar su mundo. Esta curiosidad es la base del aprendizaje, ahora y a lo largo de la vida. Los niños que juegan son pequeños científicos. Responden por sí mismos preguntas básicas sobre cómo funciona el mundo, ya sea jugando con arena o agua, esculpiendo con arcilla o pintando, o trepando en el equipo de un patio de juegos.

El aprendizaje que proviene de la exploración es más apropiado para los niños en edad preescolar que el dominio de las letras o los números que pueden provenir de tipos de aprendizaje más pasivos, como mirar televisión educativa. Al explorar y jugar, estos niños comienzan a comprender la causa y el efecto y cómo este concepto se relaciona con sus acciones.

Los niños que tienen muchas oportunidades de explorar desarrollan un sano sentido de competencia conforme van dominando nuevas habilidades y resolviendo problemas por sí mismos. Por ejemplo, los niños pequeños suelen sentirse orgullosos de limpiar sus propios derrames de líquidos. Asegúrate de participar con tu hijo durante las actividades. Elogia el esfuerzo del niño y no te preocupes por el resultado o los resultados de los proyectos. Dale al niño muchas cosas diferentes con las que pueda jugar, desde juegos hasta juguetes de construcción, rompecabezas y libros. Asimismo, fomenta proyectos de construcción y de arte.

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Los padres generalmente se sienten tentados a poner límites a la exploración, tanto por razones de seguridad como por su propia conveniencia. Resiste esa tentación de limitar la curiosidad natural de tu hijo(a). Por ejemplo, acepta que las pinturas para dedos requieren algo de tiempo y esfuerzo para su preparación y limpieza. Muéstrale a tu niño(a) cómo limpiar cualquier desorden y explícale por qué los derrames deben limpiarse de inmediato.

Si descubres que a menudo limitas el juego de tu hijo(a) por razones de seguridad, piensa en cómo puedes hacer que tu hogar y tu jardín sean más seguros. De esta forma, podrás permitir que tu hijo tenga más libertad para explorar sin peligro.

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan Health