La artrografía es un estudio de imágenes médicas que se utiliza para evaluar y diagnosticar problemas de salud en las articulaciones. Puede ser directa o indirecta, y ambos tipos mejoran la visualización del espacio articular después de realizar la imagen de la articulación.

La artrografía indirecta es una técnica en la que se inyecta material de contraste en el torrente sanguíneo y finalmente se absorbe en la articulación.

No obstante, con la artrografía directa, un radiólogo inyecta el material de contraste directamente en la articulación. Los expertos prefieren la artrografía directa a la indirecta porque distiende o agranda la articulación, permitiendo una mejor visualización de las estructuras internas pequeñas. Esto facilita la evaluación de enfermedades o condiciones dentro de la articulación. Generalmente se realiza solo si se considera que un examen no artrográfico es inadecuado para evaluar una anomalía articular.

Conoce más: 3 enfermedades que afectan las articulaciones

Existen varios métodos para realizar una artrografía directa.

La artrografía directa convencional de una articulación suele utilizar una forma especial de rayos X llamada fluoroscopia, que se usa para guiar y evaluar la inyección de material de contraste de yodo directamente en la articulación. En algunos casos, se puede utilizar ultrasonido para guiar el procedimiento. Los métodos alternativos de exámenes de artrografía directa también pueden usar imágenes por resonancia magnética (IRM) o tomografía computarizada (TC) después de la inyección de material de contraste en la articulación.

Si deseas saber más sobre este examen, consulta a tu médico.

 

Fuente: RadiologyInfo.org