Los gérmenes son microorganismos. Esto significa que solo pueden verse a través de un microscopio. Puedes encontrarlos prácticamente en todas partes: en el suelo, en el agua o en el aire. Asimismo, tu piel y tu cuerpo son el hogar de muchísimos gérmenes. Varios de ellos viven en el interior de muestro organismo y en el exterior de nuestros cuerpos sin ocasionar daño. Algunos incluso ayudan a que tengamos una buena salud. Sin embargo, existen otros que pueden causar enfermedades infecciosas.

Los principales tipos de gérmenes incluyen a las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos.

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¿Cómo protegerte?

Puedes ayudar a protegerte tanto a ti mismo(a) como a otras personas de los gérmenes realizando lo siguiente:

  • Cuando tengas que toser o estornudar, cúbrete la boca y la nariz con un pañuelo desechable o usa la parte interna del codo.
  • Lávate muy bien las manos y con mucha frecuencia. Debes restregarlas durante al menos 20 segundos. Es importante realizar esto cuando sea más probable que contraigas y transmitas gérmenes, que es en las siguientes situaciones:
    • Antes, durante y después de preparar la comida.
    • Antes de comer alimentos.
    • Antes y después de cuidar a alguien en casa que está enfermo con vómitos o diarrea.
    • Antes y después de tratar una cortada o herida.
    • Después de usar el baño.
    • Después de cambiar pañales o limpiar a un niño que ha usado el baño.
    • Después de sonarse la nariz, toser o estornudar.
    • Después de tocar un animal, alimento para animales o desechos de animales.
    • Después de manipular alimentos para mascotas o golosinas para mascotas.
    • Después de tocar basura.
    • Si no hay agua y jabón disponibles, puedes usar un desinfectante para manos a base de alcohol al 70%.

Asimismo, quédate en casa si estás enfermo(a). Evita el contacto cercano con personas que estén enfermas, y practica la seguridad alimentaria al manipular, cocinar y almacenar alimentos.

Finalmente y no menos importante, limpia y desinfecta regularmente las superficies y los objetos que tú y tus seres queridos toquen con frecuencia.

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine