Si tu hígado sufre demasiado daño durante muchos años, algunas de sus células se convertirán en tejido cicatricial. A esto se le conoce como cirrosis. Si se forma suficiente tejido cicatricial, el hígado comenzará a dejar de funcionar y se presentarán complicaciones graves. Sin el tratamiento adecuado, la cirrosis puede ser fatal.

Uno de los trabajos del hígado es eliminar los gérmenes de la sangre. Sin embargo, de vez en cuando, los gérmenes logran permanecer. Una infección crónica por el virus de la hepatitis C es la causa más común de cirrosis no alcohólica en países como Estados Unidos. En la mayoría de los casos, la infección tarda muchos años en dejar cicatrices. De todas formas, solo alrededor del 20 por ciento de las personas con hepatitis C crónica desarrollan cirrosis.

Las infecciones crónicas de hepatitis B también pueden provocar cirrosis. En todo el mundo, esta es considerada la causa más común, pero es poco común naciones donde los niños son vacunados de forma rutinaria contra la hepatitis B. El virus que ocasiona la hepatitis A nunca permanece lo suficiente como para ocasionar cirrosis.

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La esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) es una afección en la que el hígado contiene grasa adicional y se inflama, y funge como otro posible punto de partida para la cirrosis. La causa de la EHNA no se comprende a profundidad, pero la obesidad, la diabetes, la desnutrición proteica, las enfermedades cardíacas y los corticosteroides parecen aumentar el riesgo.

Algunas personas pueden atribuir la cirrosis a un sistema inmunitario hiperactivo. Esto significa que, por razones desconocidas, producen anticuerpos que atacan a las células del hígado como si fueran intrusos. El hígado se daña y se inflama, provocando una condición llamada hepatitis autoinmune.

Otras causas raras de cirrosis incluyen conductos biliares bloqueados o inflamados, reacciones graves a medicamentos o suplementos como metotrexato o vitamina A, episodios frecuentes de insuficiencia cardíaca y afecciones hereditarias como fibrosis quística, deficiencia de alfa-1-antitripsina, hemocromatosis y enfermedad de Wilson.

En hasta el 10 por ciento de todos los casos, no es posible hallar la causa de la cirrosis. Los médicos llaman a estos casos «cirrosis criptogénica». No obstante, cada vez son más los investigadores teorizan que muchos de estos casos en realidad son causados por la EHNA.

Si tienes más dudas sobre las causas de la cirrosis no alcohólica, consulta a tu médico.

 

Fuente: Health Day