A medida que tú o un miembro de tu familia envejece, es posible que te preocupe cómo manejar sus problemas de salud. A la mayoría de las personas les gustaría quedarse en sus casas y que sus familiares les ayuden.
Pero esto no siempre es posible. Quizás tú o un ser querido no estén capacitados para brindar algunos tipos de atención. O un miembro de la familia puede tener preocupaciones financieras o familiares que dificultan el cuidado de otra persona. Incluso la distancia puede ser un contratiempo, pues los miembros de la familia pueden vivir en lugares muy separados.
Aquí es donde la atención a largo plazo puede ayudar, ya que brinda un entorno seguro y estructurado para ti o tu ser querido.
Sus ventajas incluyen las siguientes:
- Brinda una variedad de servicios y apoyos.
- Puede proporcionar ayuda médica o no médica.
- Satisface necesidades personales, como vestirse, bañarse, arreglarse y ayudar a usar el baño.
- Puede ayudar con las tareas cotidianas, como las labores domésticas, la preparación de comidas y las compras.
- Puede ser en el hogar, en la comunidad o en una residencia (como un centro de atención especializada).
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¿Por qué considerar la atención a largo plazo?
Las personas pueden considerar la atención a largo plazo cuando una condición de salud hace que sea difícil o imposible satisfacer sus necesidades personales y de salud. Por ejemplo, tú o un ser querido pueden necesitar atención a largo plazo debido a:
- Infarto cerebral.
- Demencia, como la enfermedad de Alzheimer.
- Heridas en la cabeza.
- Huesos rotos o problemas después de cirugías de reemplazo de articulaciones.
- Fragilidad.
Algunas personas también consideran la atención a largo plazo cuando están planificando su futuro, o cuando tienen inquietudes sobre su salud futura o su capacidad para vivir de forma independiente.
Si tienes más dudas sobre este tipo de atención, consulta a tu médico.
