Los hongos prosperan en ambientes cálidos y húmedos. Debido a ello, las infecciones fúngicas de la piel pueden desarrollarse en áreas sudorosas o húmedas que no reciben mucho flujo de aire. Algunos ejemplos incluyen los pies, la ingle y los pliegues de la piel.

Generalmente, estas infecciones aparecen como una erupción escamosa o una decoloración de la piel que suele producir picazón.

Algunas infecciones fúngicas de la piel son muy comunes. Aunque la infección puede ser molesta e incómoda, por lo general no es grave.

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Las infecciones cutáneas causadas por hongos a menudo se transmiten por contacto directo. Esto puede incluir entrar en contacto con hongos en la ropa u otros artículos, o con aquellos que se encuentran en una persona o animal.

Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de contraer una infección por hongos en la piel. Estos incluyen:

  1. Vivir en un ambiente cálido o húmedo.
  2. Sudar mucho.
  3. No mantener la piel limpia y seca.
  4. Compartir artículos como ropa, zapatos, toallas o ropa de cama.
  5. Usar ropa ajustada o calzado que no respira bien.
  6. Participar en actividades que impliquen un contacto frecuente de piel con piel.
  7. Entrar en contacto con animales que pueden estar infectados.
  8. Tener un sistema inmunitario debilitado debido a medicamentos inmunosupresores, tratamiento contra el cáncer o afecciones como el VIH.

 

Fuente: Healthline