La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad progresiva, lo que significa que empeora con el tiempo. Al igual que quienes padecen asma, las personas con EPOC experimentan dificultad para respirar, tos y sibilancias.

Sin embargo, la EPOC produce cambios progresivos en las vías respiratorias que dificultan la respiración de la persona. A diferencia del asma, tales síntomas no aparecen y desaparecen.

En la EPOC, los pequeños sacos de aire de los pulmones se vuelven menos elásticos, lo que hace que a los pulmones les cueste más trabajo absorber oxígeno. Los sacos aéreos también pueden inflamarse, dificultando todavía más la respiración.

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Las personas con EPOC también suelen producir más moco en las vías respiratorias y en los conductos respiratorios. Dicho moco hace más difícil la acción de respirar porque obstruye parcialmente las vías respiratorias.

Entonces, la EPOC, más que una sola enfermedad, es en realidad un grupo de trastornos que dificultan la respiración. Sus principales formas incluyen las siguientes:

  1. Enfisema, que inflama los alvéolos y hace que pierdan su forma. Esto da como resultado sacos de aire más grandes, lo que dificulta que los pulmones intercambien los gases necesarios para respirar.
  2. Bronquitis crónica: la bronquitis crónica aumenta la cantidad y el espesor de la mucosidad en las vías respiratorias. Al igual que la bronquitis aguda, la bronquitis crónica provoca tos, dificultad para respirar y dificultad para respirar. La bronquitis crónica empeora con el tiempo y es persistente.

En muchos casos, las personas con EPOC padecen ambos trastornos.

 

Fuente: Medical News Today