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Resilencia_clikisalud.2Hoy en día, la globalización mundial ha dado lugar a un incremento en la inequidad, pues los beneficios son distribuidos con mayor desigualdad, caracterizándose por una agenda inconclusa en materia de salud. Por lo anterior, es imperativo actuar desde el enfoque de la resiliencia para minimizar dicha problemática y para implementar políticas de salud adecuadas.

En términos generales, la resiliencia es un fenómeno que se refiere a la superación de una situación de riesgo o negativa (enfermedad, adicción, estrés, violencia, trastornos de la conducta, etc.) y salir fortalecidos de la misma biológicapsicológica, social y culturalmente.

La resiliencia lleva a buscar un equilibrio entre riesgo y protección que suceden en la vida de las personas; dicho equilibrio nunca es estático, sino dinámico. En este sentido, las influencias del ambiente y del individuo interactúan de forma recíproca, permitiendo en el caso particular de niños y adolescentes, una construcción sana de su desarrollo y de un ajuste social positivo al entorno.

En los últimos años, la idea de resiliencia como algo absoluto y global ha sido descartada, considerándose más bien como algo relativo y específico, pues depende en gran medida del ciclo de vida del individuo y de los factores personales, familiares y sociales, así como de determinadas áreas de adaptación psicológica.

Existe una amplia variedad de concepciones para definir como tal a la resiliencia, lo cual dificulta a los investigadores proponer una definición única. No obstante, partiendo de la experiencia en investigación, podría definirse como el resultado de la combinación y/o interacción entre los atributos de la persona (internos) y su ambiente familiar, social y cultural (externos) que la posibilitan para superar el riesgo y la adversidad de forma constructiva.

Tomando como base la noción de que riesgo y resiliencia forman un continuo o pueden variar en grados, se establecen cuatro tipos de resiliencia: 1) supervivencia anómica, refiriéndose a las personas y familias en continuo estado de disrupción y caos; 2) resiliencia regenerativa, que incluye intentos incompletos de desarrollar competencias o mecanismos constructivos de afrontamiento; c) resiliencia adaptativa, que se refiere a periodos mantenidos de uso de competencias y estrategias de afrontamiento; y 4) resiliencia floreciente, refiriéndose a la existencia de un uso extensivo de conductas efectivas y estrategias de enfrentamiento.

En cuanto a su papel dentro de la salud, la resiliencia pone en evidencia la deficiencia del concepto clásico de salud (estado libre de enfermedad) y genera la necesidad de relacionar muchas disciplinas al mismo tiempo. La resiliencia cobra una concepción distinta en el proceso de salud-enfermedad al abordarla desde una óptica más optimista, ya que sobreponerse a una crisis implica afrontar la adversidad como retos más que como pérdidas.

Asimismo, la salud facilita confrontar una situación adversa, ya que es más fácil enfrentar una situación en buenas condiciones que en su opuesto. Sin embargo, se ha observado que personas enfermas y debilitadas enfrentan una situación adversa cuando lo que está en juego es suficientemente importante para ellas.

Diferentes estudios han evidenciado que los estilos de enfrentamiento a los problemas de salud, cuando afectan de forma directa, permiten a los niños mostrar comportamiento resiliente. Esto se ha visto esencialmente en niños con cáncer, en donde las niñas entre 9 y 12 años presentan más indicadores de resiliencia que los niños entre los 13 y 16 años. Esto va aunado a que la familia es un factor de protección indispensable que favorece el desarrollo de la resiliencia en los menores.

Los expertos señalan que los individuos resilientes poseen las siguientes características: mayor coeficiente intelectual y habilidades de resolución de problemas; mejores estilos de enfrentamiento; motivación al logro (mayor autoeficacia); autonomía, autoestima y locus de control interno; empatía, conocimiento y manejo adecuado de relaciones interpersonales; voluntad y capacidad de planificación; sentido del humor positivo.

La promoción de la resiliencia activa mecanismos que preparan a los individuos para fortalecer su capacidad de enfrentar la adversidad e incorporarla a los proyectos personales, impactando directamente sobre el bienestar y mejoramiento de la calidad de vida, lo que demuestra que la resiliencia es efectiva no solo para enfrentar adversidades, sino también para promover la salud física, mental y emocional.

 

Vía: Académica