Cuando pasamos por una experiencia que deja una fuerte carga emocional, es posible recordar los eventos posteriores con mayor precisión, pero ¿por qué ocurre esto? De acuerdo con especialistas, esto se debe a que nuestra cognición se encuentra mediada por las experiencias precedentes, es decir, los estados cerebrales emocionales pueden persistir durante periodos más largos.

«El modo en que recordamos los acontecimientos no es sólo consecuencia del mundo externo que experimentamos, también está fuertemente influido por nuestros estados internos. Y estos estados internos pueden persistir y colorear las experiencias futuras», dijo la autora principal del estudio, Lila Davachi, profesora de la Universidad de Nueva York.

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Para llegar a esta premisa, los investigadores mostraron una serie de imágenes a dos grupos de participantes. Los del primer grupo miraron imágenes que evocaban emociones, y luego unas neutrales. Los del otro grupo miraron primero imágenes neutrales, para pasar a las que despertaban emociones.

Después de seis horas, se buscó saber qué tan bien recordaban lo que habían visto. Según los resultados, las personas que se expusieron primero a las imágenes que provocaban emociones, tenían un recuerdo más agudo de las imágenes neutrales, en comparación con el otro grupo. Esto podría deberse a que las imágenes emotivas preparan al cerebro para recordar las cosas de forma más eficiente, según los especialistas.

«Vemos que la memoria de las experiencias no emocionales es mejor si se han vivido después de un acontecimiento emocional», señaló Davachi en un comunicado de prensa de la universidad.

Es normal que algunas veces falle la memoria. Seguro has experimentado la sensación de confusión o de pensamiento lento. Toma en cuenta que este síntoma puede ser señal de algo más, ya sea de una enfermedad subyacente o resultado de la falta de algún nutriente. Si te ocurre con frecuencia, visita a un especialista.

 

Vía: Health Library