Un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, señala que la reformulación y purificación mejorada del popular antibiótico gentamicina reduciría el riesgo de que este ocasione sordera.

Los hospitales de Estados Unidos utilizan gentamicina para tratar una variedad de infecciones bacterianas, y el medicamento es popular en los países en desarrollo porque es altamente efectivo y barato.

Pero hasta el 20% de los pacientes tratados con gentamicina sufren algún grado de pérdida auditiva irreversible.

La gentamicina pertenece a una clase de antibióticos llamados aminoglucósidos, que se utilizan desde la década de 1950. Los que se utilizan en la actualidad son una mezcla de cinco subtipos. Se permite que la fórmula contenga hasta un 10% de impurezas.

En este estudio, los investigadores analizaron los diferentes subtipos e identificaron el más tóxico para el tejido del oído (sisomicina) y el menos tóxico (C2b). Ambos son igualmente efectivos.

Los expertos también descubrieron que eliminar las impurezas de la mezcla también reducía la toxicidad para el oído.

«Lo que muestra este estudio es que la formulación que se encuentra actualmente en una botella de gentamicina de hospital no está optimizada», indicó Anthony Ricci, profesor de otorrinolaringología en la Universidad de Stanford, en California, y coautor principal del estudio.

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Todos los subtipos que hoy en día se utilizan en la gentamicina son requeridos por las leyes estadounidenses e internacionales.

«Si usamos el subtipo que es menos tóxico o cambiamos la fórmula de esta botella, podemos hacer que el medicamento sea mucho menos tóxico para el oído», afirmó Ricci.

Debido a que todos los subtipos utilizados en la gentamicina están aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), las nuevas formulaciones no necesariamente deben volver a probarse en humanos y podrían estar disponibles rápidamente para su uso, comentó Ricci.

«Hemos desarrollado un método simple para reformular el medicamento que debería ponerse en uso lo antes posible», resaltó.

Los investigadores recomendarán a la FDA que cambie sus requisitos respecto a cómo las compañías farmacéuticas producen gentamicina.

«Actualmente, las instrucciones de la FDA sobre cómo producir aminoglucósidos están haciendo que la gente se quede sorda», lamentó Ricci.

El especialista agregó que dichos medicamentos se usan porque salvan muchas vidas. «Hemos dejado de prestar atención a sus efectos secundarios tóxicos porque vivir con pérdida auditiva es mejor que morir», concluyó.

 

Vía: Health Day News