Ya sea por caídas, golpes, roces, juegos con mascotas o uso de utensilios de cocina, las cortaduras pequeñas suelen hacer su aparición de un momento a otro.

Estas pequeñas cortadas pueden llegar a ser muy molestas, sobre todo si aparecen en partes del cuerpo que ocupamos con mucha frecuencia, como las manos.

Aunque en un principio creas que no se trata de una amenaza a la salud integral, es posible que estas cortaduras, rozaduras o rasguños lleguen a infectarse. Por lo que deben tratarse adecuadamente.

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¿Qué se debe hacer para tratar este tipo de lesiones? Lo más recomendable es llevar acciones como:

1 En caso de presentarse hemorragia, detenerla apretando un paño suave y limpio contra la herida durante unos pocos minutos. Si la herida sangra mucho, se debe aplicar la presión durante más tiempo (a veces hasta durante 15 minutos).

2 Mientras se aplica presión sobre la herida, se debe evitar caer en la tentación de mirarla, ya que si levantamos el paño, la herida podría empezar a sangrar de nuevo.

3 Lavar la herida. Se debe dejar caer agua tibia sobre la herida durante unos cinco minutos. Luego, utilizar jabón para lavar con delicadeza y a conciencia la piel que rodea el corte o rozadura. De haber tierra, suciedad o impurezas dentro de la herida, se debe extraer o remover con un paño suave y húmedo. De no ser posible eliminar toda la suciedad, se debe llamar a un médico.

4 En caso de creerlo oportuno, aplicar una capa ligera de pomada antibiótica alrededor de la herida para matar posibles gérmenes. Sin embargo, debemos estar seguros de no ser alérgico(a) a los medicamentos que contiene la pomada.

5 Una vez lavada, secar el área de la herida con delicadeza y cubrirla con una gasa u otro tipo de vendaje. Si el vendaje se ensucia o se moja, se debe cambiar inmediatamente.

6 Remover el vendaje diariamente y lavar la herida con delicadeza. Asimismo, asegurarse de que no presente signos de infección (hinchazón o pus).

7 Para prevenir las infecciones y reducir la aparición de cicatrices, no tocar ni arrancar la costra ni la piel que rodean la herida.

 

Vía: Kid’s Health