La fuente de la juventud —como se le denomina comúnmente al símbolo de la inmortalidad— es algo que la humanidad ha buscado durante siglos. No obstante, aunque médicamente esto es imposible, la respuesta para mantenernos jóvenes por más tiempo, o al menos retrasar el envejecimiento biológico, yace en el ejercicio.

Según una reciente investigación estadounidense, realizar ejercicio constante como correr o incluso trotar, puede reducir de forma importante el envejecimiento biológico de nuestro cuerpo en hasta 9 años.

“Todos conocemos a gente que parece más joven de lo que en realidad es. Mientras más físicamente activos estamos, menos envejecimiento biológico ocurre en nuestros cuerpos”, manifestó Larry Tucker, líder del estudio y profesor de ciencias del ejercicio en la Universidad Brigham Young, en Utah, Estados Unidos.

“Solo porque tenga 40 años no significa que tenga 40 años biológicamente”, expresó el especialista, refiriéndose a que la edad biológica no obedece a nuestra edad cronológica (los años que han transcurrido desde que nacimos), sino a la edad que revela el envejecimiento real de nuestras células, es decir, cómo han afrontado ellas el paso del tiempo.

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“Si quiere realmente ralentizar su envejecimiento biológico, hay que hacer ejercicio regular a niveles altos”, aseveró el investigador y explicó que, por “actividad alta” se refiere a, por lo menos correr o trotar 30 minutos (en mujeres) o 40 minutos (en hombres) al día, cinco veces por semana.

Para llegar a esta conclusión, Larry y su equipo de investigadores analizaron miles de casos de personas con niveles altos y constantes de actividad física. Y encontraron que, en comparación con quienes presentan niveles bajos de actividad física, los adultos más activos tenían 7 años menos de envejecimiento. Y un total de 9 años menos de envejecimiento biológico que aquellos que llevan un modo de vida sedentario.

Ahora, tras conocer los resultados, “sabemos que la actividad física regular ayuda a reducir la mortalidad y a prolongar la vida”, concluyeron los investigadores.

 

Vía: Health Library/La Prensa