¿Te debates entre si ir a vacunarte o no contra la gripe? Con pocas excepciones, la mayoría de las personas reciben beneficios de esta vacuna, y algunas en particular realmente la necesitan.

Ante ello, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos señalan que dichas personas se encuentran en mayor riesgo de gripe, por lo que deben recibir la vacuna de manera obligatoria:

  • Los niños entre las edades de 6 meses y 4 años, y las personas mayores de 50 años, o más.
  • Personas con una enfermedad crónica, como diabetes, asma, enfermedad cardiovascular o enfermedad renal. Además, cualquier persona con un sistema inmunológico suprimido.
  • Mujeres embarazadas.
  • Niños en tratamiento con aspirina.
  • Cualquier persona que viva en un hogar de ancianos o en un centro de cuidados a largo plazo.
  • Personas que trabajan en un entorno de atención médica.
  • Personas que viven con niños pequeños o adultos mayores.
  • Personas que padecen obesidad.
  • Gente de ascendencia indígena americana o proveniente de Alaska.

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Complicaciones relacionadas con la influenza

La mayoría de la gente que contrae influenza se recuperará en un período que va desde un par de días hasta menos de dos semanas, pero algunas desarrollarán complicaciones como consecuencia de la infección. Son varias las complicaciones que pueden deberse al virus de la influenza, particularmente en las vías respiratorias superiores (fosas nasales, garganta) y en las vías respiratorias inferiores (pulmones). Aunque cualquier persona puede contagiarse de gripe y enfermarse de gravedad, las personas que te mencionamos anteriormente son más propensas a desarrollar enfermedades graves a causa de la influenza.

Las infecciones sinusales y del oído son ejemplos de las complicaciones moderadas de la influenza, mientras que la neumonía es una complicación grave a causa de la misma. Otras posibles complicaciones graves desencadenadas por la gripe incluyen inflamación del tejido que rodea el corazón (miocarditis), del tejido cerebral (encefalitis) o del tejido muscular (miositis, rabdomiólisis), así como insuficiencia multiorgánica (por ejemplo, insuficiencia renal y respiratoria).

 

Vía: Health Library / CDC