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Un nuevo estudio publicado en la revista Neurology sugiere que las personas que consumen altos niveles de vitamina C y E en su dieta pueden reducir su riesgo de enfermedad de Parkinson en casi un tercio.

Recordemos que los alimentos ricos en vitamina C incluyen a las naranjas, las fresas, el brócoli y las coles de Bruselas. Los alimentos ricos en vitamina E incluyen a la espinaca, la col, la calabaza, los frutos secos como las almendras y las legumbres como el cacahuate.

Para su investigación, los autores dieron seguimiento a casi 44,000 adultos en Suecia durante un promedio de 18 años. Ninguno tenía Parkinson al comienzo del trabajo.

Los participantes completaron un cuestionario sobre su historial médico, dieta y ejercicio, e incluyeron información sobre su altura, peso y actividad física. Después, se dividieron en tres grupos: aquellos con la mayor ingesta de vitaminas E y C, aquellos con una ingesta moderada y aquellos con la ingesta más baja.

A lo largo del estudio, 465 personas desarrollaron enfermedad de Parkinson.

Después de tomar en cuenta factores como la edad, el sexo, el índice de masa corporal y la actividad física, las personas que consumieron más vitaminas E y C tuvieron un riesgo 32% menor de desarrollar Parkinson, en comparación con las que consumían menos.

¿Cómo ayudan estos nutrientes a prevenir el Parkinson?

Según los investigadores involucrados en este trabajo, las vitaminas C y E también son antioxidantes que pueden prevenir el daño celular causante del Parkinson. En concreto, los antioxidantes podrían ayudar a contrarrestar las moléculas «inestables» y el estrés oxidativo capaz de conducir a la pérdida de una sustancia química cerebral llamada dopamina, que es un sello distintivo de la enfermedad.

«El efecto protector de las vitaminas sobre el riesgo de enfermedad de Parkinson podría limitarse a vitaminas específicas, como las vitaminas E y C. Por lo tanto, comer alimentos ricos en estas vitaminas podría ayudar a prevenir el desarrollo de la afección», indicó Essi Hantikainen, de la Universidad de Milano-Bicocca, en Italia, e investigador principal del estudio.

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«Además, existen altas concentraciones de vitamina C en el sistema nervioso central, donde posee propiedades neuroprotectoras», subrayó.

Hantikainen destacó que este estudio no puede probar que las vitaminas E y C prevengan el Parkinson, solo que los altos niveles de dichas vitaminas están asociados con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad.

«Se requieren más investigaciones para confirmar estos resultados. Y todavía no está claro cuáles son las cantidades más beneficiosas de vitaminas E y C para reducir el riesgo de enfermedad de Parkinson», apuntó el especialista.

Recuerda que la enfermedad de Parkinson es un trastorno del movimiento que reduce gradualmente la dopamina, una sustancia química del cerebro que afecta el habla, la marcha y el equilibrio. Hasta el momento se desconocen sus causas y no existen tratamientos efectivos ni cura.

¿Qué hay de obtener las vitaminas a partir de suplementos?

«No pudimos investigar el efecto de los suplementos sobre el riesgo de enfermedad de Parkinson», comentó Hantikainen, pero podría haber buenas razones de salud para intentar obtener los nutrientes de los alimentos, no de cápsulas o pastillas. «La ingesta alta de algunas vitaminas provenientes de suplementos, como la vitamina E, se ha relacionado con un mayor riesgo de ciertas afecciones, como por ejemplo de enfermedades cardiovasculares», detalló el experto.

Por su parte, James Beck, director científico de la Fundación para el Parkinson de Estados Unidos que opinó sobre este nuevo estudio, dijo que las investigaciones como esta sobre antioxidantes y el riesgo de Parkinson han tenido resultados mixtos.

«No entendemos a fondo qué es lo que ocurre para que las personas desarrollen Parkinson. Este estudio no brinda ese tipo de claridad. No podemos decir, ‘Oh, está bien, esta es la razón por la que la gente está desarrollando la enfermedad de Parkinson o no está desarrollándola», puntualizó.

Asimismo, aunque la genética juega un papel en el Parkinson, solo el 10% de los casos se deben a mutaciones genéticas conocidas, refirió Beck.

El especialista enfatizó que la mejor manera de protegerse de esta enfermedad es llevar un estilo de vida saludable. Esto incluye comer una dieta de estilo mediterráneo rica en frutas, verduras y cereales integrales, dormir bien y hacer mucho ejercicio.

 

Vía: Health Day News