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Inicialmente, la psicología positiva se centraba principalmente en buscar experiencias gratificantes que hicieran que las personas se sintieran más felices. Sin embargo, los psicólogos pronto se dieron cuenta de que este tipo de felicidad depende de experiencias fugaces, y no de una sensación de satisfacción más duradera. Como resultado, esta área cambió para concentrarse en cultivar la satisfacción y el bienestar, pero permaneciendo abierta a toda la gama de experiencias emocionales, tanto buenas como malas. Contrario a lo que deberíamos esperar, tratar de resistir las emociones dolorosas en realidad aumenta el sufrimiento psicológico.

“La psicología positiva no se trata de negar emociones difíciles. Se trata de abrirse a lo que está sucediendo aquí y ahora, y de cultivar y saborear lo bueno en tu vida”, señaló Ron Siegel, doctor en psicología y profesor asistente de psicología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

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Por ejemplo, si desarrollas el hábito de contar aquello por lo que te sientes bendecido, es posible que puedas apreciar mejor los aspectos positivos de la vida incluso después de un evento doloroso como la pérdida de un trabajo o la muerte de un ser querido. Y ayudar a los demás, incluso cuando estás luchando, puede aumentar tus sentimientos positivos y ayudarte a ganar perspectiva.

La creciente evidencia sugiere que las técnicas de psicología positiva pueden ser valiosas en momentos de estrés, de duelo o durante otras dificultades. También pueden ayudarte a desarrollar la capacidad de recuperación para manejar las dificultades con mayor facilidad y recuperarte más rápidamente después de eventos traumáticos o desagradables, como los que actualmente se viven en el mundo por la pandemia de COVID-19.

 

Vía: Harvard Medical School