Cada año, muchas personas toman resoluciones para centrarse en su salud y bienestar. Comer mejor, dormir más y hacer ejercicio suelen estar en la parte superior de la lista. Pero hay un área que se suele pasar por alto: los exámenes preventivos de salud.

La doctora Tina Ardon, médica de medicina familiar de la Clínica Mayo (Estados Unidos), señala que es importante programar un examen físico anual para mantener la salud general y abordar cualquier inquietud.

«Cuando se trata de mantenerse saludable, es importante consultar anualmente con tu proveedor para revisar las vacunas, los exámenes de detección de cáncer y la salud cardiovascular», indicó Ardon.

Aunque no todos los pacientes las requerirán, se pueden revisar varias vacunas en una visita anual, incluidas las vacunas contra el tétanos, el herpes zóster, la neumonía y el VPH.

«También es importante tener un diálogo con tu médico sobre sus antecedentes familiares con cáncer y otros problemas médicos, para que podamos tomar decisiones sobre la detección. A veces buscaremos evaluar a los pacientes antes de las pautas típicas basadas en sus antecedentes familiares», detalló.

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Como mínimo, la doctora Ardon enfatiza que los pacientes deben hacerse análisis de sangre de rutina para controlar sus niveles de colesterol y de glucosa en sangre, así como para controlar su presión arterial, que puede ser una señal de advertencia de ataque cardíaco y evento cerebrovascular.

Dependiendo de la edad y el sexo, puede haber pruebas adicionales. Para los hombres, un análisis de sangre de antígeno prostático específico (PSA) podría estar justificado, mencionó Ardon; mientras que las mujeres podrían requerir un examen pélvico, una prueba de Papanicolaou para detectar cáncer cervical o una mamografía.

Asimismo, tener una conversación sobre las infecciones de transmisión sexual, como el VIH, la clamidia o la hepatitis C, puede ser relevante, destacó Ardon.

Los exámenes físicos anuales también son un buen momento para hablar con tu médico sobre los objetivos de bienestar. «Esto puede incluir hablar sobre estrategias para reducir el estrés, la ansiedad y hacer otros ajustes en el estilo de vida, como comer más saludable o hacer más ejercicio», concluyó.

 

Vía: Mayo Clinic