Así como acudimos a revisiones periódicas para conocer nuestro estado de salud —en las que se descartan enfermedades ligadas a hábitos poco saludables—, es importante asistir a chequeos oculares para prevenir la pérdida visual y detectar posibles patologías.

De acuerdo con el Consejo General de Colegios de Ópticos Optometristas, entre los 20 y los 40 años de edad, las revisiones de la visión deben realizarse cada dos años y al menos una vez al año después de los 40, edad en la que incrementa el riesgo de sufrir anomalías o disfunciones visuales.

¿Qué hay de los adultos mayores?

A decir del consejo, a partir de los 55 años se presenta la etapa más crítica para la salud visual, cuando las personas se vuelven más propensas a padecer:

  1. Presbicia —dificultad para enfocar objetos cercanos—.
  2. Retinopatía diabética —daño de los vasos sanguíneos de la retina—.
  3. Maculopatía —afectación de la parte central de la retina—.

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“Una visita al óptico optometrista ayuda a detectar a tiempo estas patologías que, en los casos más desfavorables, pueden desembocar en ceguera. Un sencillo reconocimiento se puede convertir en nuestro principal aliado para conservar uno de los sentidos más preciados”, señalaron  los especialistas.

Recomendaciones

  • Acude a realizarte un examen visual. A través de esta práctica, el óptico optometrista es capaz de identificar defectos refractivos, como la miopía, hipermetropía o astigmatismo, así como indicios de posibles anomalías que afectan a la salud ocular.
  • Realiza preguntas a tu médico. Recuerda que los ojos son las ventanas a otras partes del cuerpo. Un especialista en salud puede descubrir los signos tempranos de enfermedades con manifestaciones oculares, como la hipertensión, la diabetes e, incluso, algunos tumores cerebrales.

 

Vía: Notimex