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A través de un estudio publicado recientemente en la revista Pediatrics, expertos revelaron que la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto considerable en el bienestar físico y emocional tanto de los padres como de sus hijos.

Stephen W. Patrick, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, junto con sus colegas, realizó una encuesta nacional de padres con niños menores de 18 años, con la finalidad de medir el bienestar físico y emocional de mamás, papás y sus hijos desde que comenzó la pandemia.

Los investigadores encontraron que el 27 y el 14 por ciento de los padres reportaron un empeoramiento de la salud mental para ellos mismos y un empeoramiento de la salud del comportamiento en sus hijos, respectivamente, desde el mes de marzo de 2020. Asimismo, hubo un aumento en la proporción de familias con inseguridad alimentaria moderada o grave del 6 al 8 por ciento antes y después de marzo de 2020.

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También se observó una disminución en la cobertura del seguro para niños otorgada por los empleadores, del 63 al 60 por ciento; y el 24 por ciento de los padres reportaron una pérdida del cuidado infantil regular. En casi una de cada 10 familias, el empeoramiento de la salud mental de los padres ocurrió al mismo tiempo que el empeoramiento de la salud del comportamiento de los niños; de estos, 48, 16 y 11 por ciento reportaron pérdida de cuidado infantil regular, cambio en el estado del seguro y empeoramiento de la seguridad alimentaria, respectivamente.

«La COVID-19 y las medidas para controlar su propagación han tenido un efecto sustancial en los niños de la nación. Hoy en día, un número cada vez mayor de niños en el país pasan hambre, pierden seguros patrocinados por los empleadores y su cuidado infantil habitual. La situación es urgente y requiere atención inmediata de los formuladores de políticas federales y estatales», enfatizó Patrick.

 

Vía: Health Day News