Las personas con COVID-19 deben mantenerse alejadas de los miembros de su familia para protegerlos de la infección. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine descubrió que una quinta parte de los hogares estadounidenses son demasiado pequeños para que eso ocurra, situación que puede extrapolarse a otras naciones, incluyendo México.

Mediante una encuesta realizada a personas blancas, negras, asiáticas, nativas americanas e hispanas, los investigadores encontraron que más del 20% de los hogares en todo el país carecían de dormitorios y baños suficientes para permitir que una persona con COVID-19 se mantuviera aislada. Y esto ocurre en cerca de una cuarta parte de la población.

Y al igual que con la pandemia en general, las minorías y la gente de bajos ingresos son los más afectados. Por ejemplo, cerca del 40% de los adultos hispanos viven en una casa con muy pocas habitaciones o baños.

Los autores señalan que las condiciones de vivienda son probablemente una de las razones por las cuales las personas hispanas y de raza negra se han visto especialmente afectadas durante la pandemia de COVID-19.

«Esto no está afectando a todos de la misma manera», indicó la doctora Talia Swartz, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, y portavoz de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.

«Es difícil para cualquier familia evitar que el coronavirus se propague en el hogar. Y es mucho más difícil si vives en condiciones de hacinamiento», agregó Swartz.

El consejo de los expertos en salud para aislar a los miembros de la familia enfermos tiene sentido, pero puede ser frustrante para las personas que carecen del espacio para hacerlo, subrayó la experta.

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«La orientación está dirigida a las personas que pueden hacer esas cosas. Creo que debemos ser más reflexivos en nuestras recomendaciones», añadió.

Por su parte, el doctor Ashwini Sehgal, profesor de medicina en la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland, y líder del estudio, destacó que «el tema de la cuarentena en el hogar no ha recibido la misma atención que el uso de máscaras y el distanciamiento social, y creo que necesitamos hacer más».

Sehgal puntualizó que una opción sería ofrecer habitaciones de hotel a las personas que requieran aislarse o ponerse en cuarentena, brindándoles supervisión médica y entrega gratuita de comidas. El método se ha utilizado en varios países asiáticos.

Cabe mencionar que las viviendas estrechas no se limitan a las grandes ciudades, y para agravar el problema del hacinamiento, muchas personas que viven de esta forma también son trabajadores esenciales que no tienen la opción de quedarse en casa. Por ejemplo, en California, el 29% de los trabajadores de la industria de alimentos viven en condiciones de hacinamiento. Lo mismo ocurre en el 31% de los trabajadores agrícolas.

«Si debes salir al mundo y corres el riesgo de estar expuesto al virus, y luego no puedes manejar tu riesgo de transmisión en casa, todo se amplifica», advirtió Paulette Cha, investigadora asociada del Instituto de Políticas Públicas de California, en San Francisco.

Según Swartz, todos esos factores juntos ponen a las familias en una situación difícil. Esto también incluye la ansiedad que los trabajadores esenciales pueden sentir sobre la posibilidad de llevar el virus a casa.

Pese a todo lo anterior, si un miembro de la familia adquiere COVID-19 y no puede aislarse dentro de su hogar, Swartz recordó que todavía es posible tomar medidas de precaución, aunque desafiantes. Estas incluyen mantener 2 metros de distancia física, lavarse las manos y limpiar regularmente las superficies del hogar.

 

Vía: Health Day News