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La osteoartritis es la versión más común de la artritis y afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la lenta ruptura del cartílago, que actúa como amortiguador entre las articulaciones. A medida que el cartílago degenera, las articulaciones pueden hincharse, volverse rígidas y causar dolor. Asimismo, la afección tiende a empeorar con el tiempo.

Se sabe que un factor de riesgo para la condición es la obesidad. Esto se debe en parte al exceso de estrés que sufren las articulaciones cuando se tiene más peso, pero el vínculo entre el sobrepeso y la osteoartritis quizás vaya más allá de dicho factor.

Por ello, un equipo de investigadores de la Universidad Tecnológica de Queensland y la Universidad del Sur de Queensland, ambas en Australia, investigó recientemente un vínculo entre la grasa dietética y el inicio de la osteoartritis. El grupo fue dirigido por los profesores Yin Xiao y Lindsay Brown.

El estudio halló que los antioxidantes y los fármacos anti-colesterol pueden retardar la progresión del daño articular atribuido a los ácidos grasos encontrados en alimentos como el aceite de palma y la mantequilla.

En el proyecto, Xiao analizó específicamente los efectos de una dieta rica en ácidos grasos saturados y carbohidratos simples en la osteoartritis. Tales componentes dietéticos reflejan los elementos nutricionales que comúnmente se encuentran en la comida chatarra: muchas grasas y muchos carbohidratos.

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Menos relación con nuestras articulaciones y más con lo que comemos normalmente

El estudio demuestra que la osteoartritis quizás tenga menos que ver con el uso general de nuestras articulaciones y más que ver con lo que comemos regularmente. Como señala el profesor Xiao: «Nuestros hallazgos sugieren que no es el desgaste sino la dieta lo que tiene mucho que ver con la aparición de la osteoartritis».

Según sus resultados, una dieta que contenía 20 por ciento de grasas saturadas y carbohidratos simples «produjo cambios osteoartríticos en la rodilla«.

«Los depósitos de ácidos grasos saturados en el cartílago cambian su metabolismo y debilitan el cartílago, haciéndolo más propenso a los daños, lo que a su vez conduce al dolor osteoartrítico por la pérdida del efecto amortiguador del cartílago. También hallamos cambios en el hueso debajo del cartílago en una dieta rica en grasas saturadas», detalló Xiao.

Sustituye la grasa animal por aceite de coco

Los investigadores encontraron que el uso a largo plazo de grasa animal, mantequilla y aceite de palma parecía debilitar el cartílago. Sin embargo, cuando reemplazaron la grasa de carne con ácido láurico —una grasa saturada encontrada comúnmente en el aceite de coco— se observó un efecto opuesto. El ácido láurico mostró ser beneficioso. De acuerdo con el estudiante Sunder Sekar, quien también participó en el trabajo, «cuando [los científicos] reemplazaron la grasa de la carne en la dieta con ácido láurico, hallaron una disminución en los signos de deterioro del cartílago y de síndrome metabólico, por lo que parece tener un efecto protector«.

Los investigadores concluyeron que: «El reemplazar las dietas que contienen ácido láurico derivado del coco con ácido palmítico derivado de aceite de palma o ácido esteárico derivado de grasa animal tiene el potencial de empeorar el desarrollo del síndrome metabólico y osteoartritis«.

Aunque estos resultados deben replicarse en un ensayo más grande, los expertos afirman que esta podría ser otra razón para evitar una dieta rica en grasas y alta en carbohidratos.

 

Vía: Medical News Today