Es común pensar que la grasa, principalmente la del abdomen, se elimina mediante la orina y el sudor; sin embargo, la respiración juega un papel sumamente importante durante este proceso, según un estudio publicado en el British Medical Journal.

Para entender qué sucede en el cuerpo cuando los buenos hábitos dan resultado, es necesario saber por qué se acumula la grasa en un sentido fisiológico. A decir de Chloe McLeod, reconocido dietista deportivo, la principal causa es consumir más alimentos de los que necesita el organismo y no quemar esa energía o calorías mediante actividad física.

Este exceso, en forma de carbohidratos y proteínas, se convierte en triglicéridos, una grasa presente en la sangre. «(Los) triglicéridos se almacenan en nuestras células de grasa como pequeñas gotas. Cuando estás tratando de perder peso, tu cuerpo está tratando de deshacerse de ellos», indicó el especialista.

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Pero, ¿a dónde va realmente esta grasa? A decir del estudio mencionado, la grasa sale de nuestro cuerpo como dióxido de carbono. De hecho, “los pulmones son el principal órgano excretor para la pérdida de peso”.

De acuerdo con el investigador Rubén Meerman y el profesor Andrew J. Brown, se cree que la grasa se convierte en energía o calor, pero esta teoría viola la ley de conservación de la masa.

Dicho de otra forma, para perder 10 kilos de grasa es necesario inhalar 29 kilos de oxígeno, lo que pone en marcha un proceso metabólico en el que se producen 28 kilos de dióxido de carbono que se expulsan por los pulmones y 11 kilogramos de agua, desechados a través de la orina, las heces, el sudor, las lágrimas y otros fluidos corporales.

En este sentido, el cuerpo pierde gramos de carbono con sólo respirar. Esto no significa que perdemos esa cantidad «sin hacer nada». Según Meerman, el cuerpo nunca descansa, incluso al dormir sigue trabajando: genera nuevas células, crece el pelo y genera calor para mantener la temperatura corporal.

Entonces, ¿respirar ayuda a mantener un peso saludable? Lamentablemente no. La verdadera clave está en la alimentación para evitar consumir más de lo que el cuerpo necesita y la actividad física, pues gracias a ella la tasa metabólica se incrementa, razón por la que el organismo requiere más oxígeno y, por tanto, produce más dióxido de carbono.

 

Vía: HuffingtonPost México