Las reglas que nos imponen al ser niños se convierten en normas durante la adultez. Sin embargo, no todas las afirmaciones que nos cuentan durante la etapa de crecimiento son verdaderas. «No te metas a nadar después de comer, podría hacerte daño», es una frase que ejemplifica lo anterior.

Se dice que meterse al agua cuando el cuerpo está en proceso de digestión es sumamente riesgoso. De hecho, hay personas que afirman que podría llegar a causar la muerte. La recomendación es esperar entre 30 minutos y una hora. Cuando no sabes si te están contando algo cierto, lo mejor es esperar, pero ¿qué opina la ciencia?

«La vieja creencia era que, después de comer, parte de la sangre se podía desviar al intestino para que éste pudiese digerir, reduciendo el torrente sanguíneo de los brazos y las piernas», señaló Michael Boniface, experto de la Clínica Mayo. Según la teoría, la persona podría cansarse y ser más propenso a ahogarse, pero no existe una base científica para tal recomendación.

A decir del especialista, nadar con el estómago lleno podría ser incómodo, pero no pasará nada grave si lo haces. Si bien algunas personas experimentan calambres cuando nadan, en realidad se trata de dolores abdominales transitorios vinculados al ejercicio (DAT), los cuales sí se relacionan con una comida fuerte antes de nadar.

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Recomendaciones

No existe un riesgo latente o mortal —según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)—. Pese a ello, la natación, como actividad física intensa, requiere un régimen alimenticio especial. La razón es simple: si se come de forma excesiva, existe riesgo de náuseas.

¿Cuánto esperar antes de entrar a la alberca? El tiempo varía en cada individuo. En general, te recomendamos esperar dos horas después de una comida pesada. En caso de un refrigerio más pequeño, media hora bastará.

 

Vía: Hola Doctor