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El agua de coco no es agua con sabor de coco añadido, es el líquido claro dentro de esta fruta. Asimismo, no debe confundirse con la leche de coco, que es una emulsión de agua de coco y coco rallado fresco. Así que, en concreto, el agua de coco es un tipo de jugo.

A diferencia de otros jugos, el agua de coco sin sabor es baja en azúcar y calorías. Por cada 30 ml, los jugos de frutas típicos poseen el doble de calorías que el agua de coco sin sabor.

El agua de coco se usa popularmente para la rehidratación después de la actividad física o de una enfermedad como la diarrea. Es cierto que el agua de coco tiene electrolitos naturales —como el potasio, sodio y manganeso— pero las cantidades pueden variar debido a los cambios que se producen en el agua de coco a medida que éste madura.

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Por lo tanto, aunque hay algunas pruebas que sugieren que el agua de coco puede ser comparable a una bebida deportiva, también existen otras de que el agua de coco puede no ser más eficaz que beber agua pura.

El potasio contenido en el agua de coco puede ser un beneficio para quien la beba. Se sabe que los estadounidenses, por ejemplo, típicamente no reciben suficiente potasio. Sin embargo, el agua de coco también contiene sodio, lo que podría ser una preocupación si, como la mayoría de los estadounidenses, consumes demasiado sodio en tu dieta.

Como bebida casual, el agua de coco se considera segura. El agua de coco tiene algunas calorías —de 45 a 60 calorías en una porción de 8 onzas (237 ml)—. Si estas calorías superan tu límite de calorías diarias, fácilmente podrías ganar de 5 a 6 libras (2.3 a 2.7 kilogramos) en un año.

Finalmente y después de comparar los pros y los contras, el agua pura sigue siendo la mejor opción.

 

Vía: Clínica Mayo