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Si tienes veintitantos años y quieres mantenerte bien a la larga, pon atención: un nuevo estudio publicado en la revista Neurology sugiere que los malos hábitos de salud ahora pueden aumentar tu riesgo de deterioro mental en el futuro.

Los autores indican que la edad adulta joven puede ser el momento más crítico para adoptar un estilo de vida saludable con el fin de mantener el cerebro en forma cuando sea mayor.

Los resultados son parte de un análisis de datos de unos 15,000 adultos que participaron en cuatro proyectos de investigación a largo plazo. Los participantes tenían entre 18 y 30 años y entre 45 y 95 años cuando comenzó la investigación.

El estudio relacionó la mala alimentación, el tabaquismo y la inactividad en la edad adulta temprana con un mayor deterioro mental en el futuro.

Los factores de riesgo relacionados incluyeron niveles altos de azúcar en sangre, presión arterial alta y un índice de masa corporal (IMC) alto. Recordemos que el IMC es una estimación de la grasa corporal basada en la altura y el peso.

Tener estos factores de riesgo durante la edad adulta joven se vinculó con una duplicación de la tasa promedio de deterioro mental más adelante en la vida, reportaron los hallazgos.

La obesidad por sí sola durante la edad adulta joven se asoció con el doble de la tasa promedio de deterioro mental, y se encontró un impacto similar para los niveles altos de azúcar en sangre y la presión arterial sistólica alta. (La presión arterial sistólica mide la fuerza ejercida sobre los vasos sanguíneos cuando el corazón empuja la sangre a través del cuerpo; es el número superior en una lectura de presión arterial).

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Los investigadores no encontraron ningún vínculo entre el colesterol alto en la edad adulta joven y un mayor deterioro mental en el futuro.

Si bien estudios previos han demostrado un vínculo entre estos factores de riesgo cardíaco en la mediana edad y un peor deterioro mental, se sabe poco sobre su impacto en la edad adulta temprana, comentó la doctora Kristine Yaffe, profesora de psiquiatría, neurología y epidemiología en la Universidad de California en San Francisco, y primera autora del trabajo.

«Los factores de riesgo cardiovascular se encuentran entre los factores modificables más prometedores para la prevención del envejecimiento cognitivo y la demencia», aseguró Yaffe.

«Nuestros resultados sugieren que se debe ampliar la atención para considerar la salud cardiovascular temprana del adulto, ya que las tendencias crecientes en la diabetes y la obesidad en este grupo de edad, junto con un nivel más alto de factores de riesgo infradiagnosticados, podrían tener importantes implicaciones de salud pública para la salud cognitiva», agregó la experta.

Yaffe subrayó que el estudio muestra un vínculo, pero no prueba causa y efecto. Sin embargo, añadió que las tendencias en obesidad, diabetes y comportamiento sedentario son preocupantes.

«Debemos considerar que pese a las mejoras en el tratamiento, los factores de riesgo cardiovascular no se diagnostican ni se tratan, especialmente en los adultos más jóvenes», finalizó Yaffe.

Cabe destacar que tan solo en Estados Unidos, entre 2017 y 2018, el 40% de los jóvenes de entre 20 y 30 años padecían obesidad, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de dicho país. Este dato es comparable con el de la década de 1950, donde la tasa general de obesidad en estos adultos era de tan solo el 10%.

 

Vía: Health Day News