La gran imaginación de los niños permite que conozcan el mundo de una forma distinta a como nosotros lo vemos. Esto les ayuda a estimular su desarrollo durante los primeros años de vida, a través de ideas fantásticas y roles imaginarios.

Hay muchas cosas que los niños pequeños no están preparados para entender. Por ello, llenan esos vacíos inventando sus propias explicaciones sobre cómo funciona el mundo. Esta etapa, que alcanza su máximo apogeo durante los años del preescolar, fue denominada «los años mágicos» por la especialista Selma Fraiberg, experta en desarrollo infantil.

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Durante la primera etapa, es decir, cuando son bebés, los niños utilizan los sentidos para explorar el mundo que los rodea. A medida que se van desarrollando, empiezan a entender el funcionamiento básico de las cosas. Posteriormente, los niños en edad preescolar adquieren esta información y la combinan con su inmensa imaginación, desarrollando más ideas sobre por qué y cómo suceden estas cosas.

El juego simbólico —es decir, convertirse en otra persona mientras juegan— permite que los niños practiquen nuevos roles y que aprendan a solucionar problemas de una forma creativa. De igual manera, les ayuda a afrontar las emociones fuertes y el autocontrol, una habilidad difícil de aprender.

¿Cómo estimular el juego imaginativo en los niños?

  1. Sigue su juego. Cuando tu pequeño use su imaginación, no lo limites. Haz todo lo contrario, alimenta su fantasía y síguele el juego.
  2. Escoge juguetes «pasados de moda». Actualmente, los niños se aíslan porque prefieren divertirse con aparatos electrónicos. Evítalo en casa, dale juguetes que requieran el uso de la creatividad y estimulen la imaginación.
  3. Aprovecha la lectura. Mientras leas, hazle preguntas abiertas ligadas a la historia. Esto estimula la imaginación y favorece las habilidades lingüísticas.
  4. Planifica tiempo libre para tu hijo. Asegúrate que el pequeño dispone de tiempo libre para jugar por su cuenta. Así le enseñarás a usar sus propios recursos para entretenerse y tranquilizarse solo.
  5. Limita el tiempo que pasa delante de una pantalla. Cuando los niños ven una película o un programa educativo, experimentan el mundo creado por otras personas, en vez de ejercitar su propia imaginación. No tienes que prohibirla, sólo limitar el tiempo para esta actividad.

 

Vía: Kids Health