Además de ser una actividad recreativa que estimula la socialización, el juego es vital para la salud durante la niñez. De acuerdo con Miriam Aceves García, psicóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), este tipo de actividad interviene en el desarrollo mental, motriz y social, motivo por el que representa una necesidad del sistema nervioso durante el proceso de crecimiento.

Pero eso no es todo, también es una herramienta terapéutica para el manejo de afecciones mentales y físicas, que debe utilizarse desde que los bebés comienzan a notar su entorno, etapa conocida como “primera infancia” o primer año de vida. Los pequeños requieren el estímulo de lo que se conoce como juego simple o cognitivo.

“La mejor manera de estimulación temprana es jugar con el bebé, para que pueda alcanzar un potencial de acuerdo con sus necesidades. En esta etapa prefiere colores, objetos con movimiento y texturas. Desde que la mamá le habla, le platica, e incluso lo mece […] estimula la función vestibular, es algo asociado al placer y gratificante como el juego mismo”, puntualizó.

Otros beneficios

  1. Despierta la creatividad.
  2. Impulsa los procesos imaginarios.
  3. Favorece la imitación de roles y de la realidad .
  4. Facilita el significado de los objetos.
  5. Enseña a convivir y compartir.

En el juego de construcción, en el que el niño es más grande, se trabaja el espacio y la vinculación afectiva; mientras que en el juego de afirmación, el niño aprende a identificarse, autoafirmarse y aceptarse. Por ello, “a través de roles, dibujos y títeres, (es posible) tener un medio de comunicación con el adulto, para ponernos a su nivel y poder diagnosticar y tratar una problemática”, dijo.

 

Vía: Notimex