No es algo extraño ver que en los tiempos modernos, los jóvenes no sientan ganas de convivir con las personas de la tercera edad, y menos de siquiera tener un vínculo más cercano y profundo, como una amistad. Eso ha llevado a que los mismos jóvenes discriminen de forma cínica a individuos que bien podrían ser sus abuelos, sus mentores y sus más importantes guías en la vida.
Sin embargo esta no es una causa perdida, pues gracias a una investigación dirigida por psicólogos de la Universidad de Kent, en Canterbury, Inglaterra, se descubrió que la gente joven tiende a ser menos discriminatoria con los adultos mayores cuando en su círculo de amigos existen personas de este grupo de edad. ¡Sí! Aún existen jóvenes (muchos por cierto) que conocen el valor real de una amistad con un adulto mayor.
Incluso cuando los adultos jóvenes no tienen contacto social con los adultos mayores en su vida diaria, si están conscientes de que uno de sus amigos tiene amistad con alguno de ellos, esto puede aumentar por completo sus actitudes positivas hacia los adultos mayores, dijeron los investigadores.
La psicóloga Lisbeth Drury y el profesor Dominic Abrams, de la Facultad de Psicología de Kent, y el doctor Paul Hutchison, de la Universidad Metropolitana de Londres, encuestaron a un grupo de adultos jóvenes para realizar el estudio, que se publicó en la revista British Journal of Social Psychology.
Quienes respondieron indicaron la frecuencia con la que tenían contacto social con adultos mayores, si habían experimentado un buen contacto, si estaban conscientes de las amistades que sus amigos tenían con adultos mayores y qué tan positivamente se sentían con respecto a los adultos mayores.
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Los investigadores encontraron que los adultos jóvenes que experimentaron contactos de buena calidad expresaron menos discriminación hacia los adultos mayores. Más importante aún, incluso los adultos jóvenes que no tienen (o no habían tenido) experiencia directa con los adultos mayores expresaron menos discriminación por edad habiendo conocido a un amigo que tenía una amistad con un adulto mayor.
Este efecto indirecto se produjo porque el saber que otras personas jóvenes tienen relaciones positivas con adultos mayores dentro de su círculo social cercano, redujo la ansiedad de los adultos jóvenes que no socializan con gente de la tercera edad al momento de interactuar con ella, haciendo que tales relaciones fueran más generalizadas y aceptables.
Estos hallazgos son importantes porque la salud mental y emocional de los adultos mayores suele ser más frágil, debido a las cuestiones fisiológicas de la edad y a que muchos sufren de aislamiento o falta de aceptación, más aún por los grupos de edad más jóvenes. Integrarlos a un círculo social resulta crucial para mejorar su calidad de vida, incluso para evitar o retrasar cualquier tipo de deterioro cognitivo producto de la vejez, así como el causado por otras enfermedades que ya se hayan manifestado. Qué mejor que esa integración se logre gracias a la fuerza, positivismo y vitalidad de los adultos jóvenes.
Por ello y si eres joven, no olvides poner el ejemplo y brindarle tu amistad sincera a estas personas, pues no solo le harás un bien a ellas, sino también a ti mismo(a) al disfrutar y aprender de toda su experiencia, conocimiento, valores, y un largo número de etcéteras.
Vía: EurekAlert! – American Association for the Advancement of Science
