Cuando una sección de uno de los vasos sanguíneos del cerebro sobresale o se hincha, se denomina aneurisma. El tamaño y la forma de un aneurisma pueden variar. Los médicos consideran estos y otros factores al determinar si es necesario tratarlo y cómo deben hacerlo. Los médicos toman en cuenta las características clave del aneurisma al decidir qué grado de amenaza representa un aneurisma para tu salud.

Un aneurisma roto, en ocasiones llamado hemorragia cerebral, es cuando la sangre atraviesa la pared del aneurisma y comienza un sangrado. Esto ocasiona síntomas severos, como un dolor de cabeza muy doloroso como nunca antes lo habías sentido, y requiere atención médica inmediata. Con un tratamiento rápido y experto, los pacientes a menudo pueden recuperarse por completo.

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Una vez que un aneurisma cerebral sangra o se rompe, requiere atención médica inmediata en un centro médico diseñado para manejar emergencias. Si crees tener un aneurisma cerebral roto, llama de inmediato al 911 o a tu número de emergencias local.

Un aneurisma cerebral no roto podría no causar síntomas. Las personas son capaces de vivir con ellos durante años antes de ser detectados. Si un aneurisma cerebral no se rompe, no ha traspasado sangre a través de las paredes de los vasos sanguíneos.

Para los aneurismas cerebrales no rotos, los médicos tratarán aquellos que tienen más probabilidades de sangrar y dejarán en paz a otros.

 

Fuente: Johns Hopkins Medicine