Los hombres que usan esteroides anabólicos podrían estar causando un daño grave a su función testicular, y dicho daño puede mantenerse muchos años después de dejar los esteroides, así lo advierte una nueva investigación publicada en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.

El uso ilegal de estos medicamentos no es infrecuente entre los atletas que buscan aumentar el tamaño y la fuerza de sus músculos, señaló el doctor Jon Rasmussen, científico posdoctoral en el Hospital Universitario de Copenhague, en Dinamarca, y autor del estudio.

Los esteroides anabólicos son derivados sintéticos de la principal hormona sexual masculina, la testosterona.

Los médicos saben desde hace mucho tiempo que su uso ilícito puede provocar efectos adversos, como crecimiento de los senos, pérdida de cabello y encogimiento de los testículos.

Y eso no es todo, indica Rasmussen, pues los anabólicos también aumentan el riesgo de una función cardíaca deteriorada entre los hombres; estrechamiento de arterias; presión arterial alta; colesterol y triglicéridos elevados; disfunción eréctil; esterilidad; acné; depresión; ansiedad y agresión.

Asimismo, se sabe que utilizarlos reduce la producción de testosterona, una afección llamada hipogonadismo, que puede provocar impotencia, disminución del deseo sexual y menor recuento de espermatozoides.

Pero, ¿seguiría siendo un problema la deficiencia de testosterona incluso después de que se detuviera el uso de esteroides?

Rasmussen destacó que la nueva investigación de su equipo sugiere que la respuesta es SÍ. Los autores encontraron evidencia de deterioro de la función testicular años después de que se detuviera el uso de los medicamentos.

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Para el trabajo, se dio seguimiento a 132 hombres entre los años 2014 y 2017. Los participantes tenían entre 18 y 50 años (edad promedio de 32 años). Todos participaron en lo que se describió como «entrenamiento de fuerza recreativo».

Cerca de un tercio nunca había usado esteroides anabólicos, mientras que otro tercio eran usuarios regulares. El resto eran ex usuarios que, en promedio, habían dejado los esteroides unos 32 meses antes.

Debido a que los niveles sanguíneos de testosterona pueden variar dramáticamente a lo largo del día (lo que hace que las mediciones no sean confiables), los investigadores se enfocaron en un marcador biológico llamado INSL3.

Esta hormona es generada por las mismas células testiculares que producen testosterona, pero es más confiable al momento de medirla.

La conclusión: los usuarios regulares de esteroides mostraron niveles de INSL3 mucho más bajos que quienes dejaron de usarla y que los hombres que nunca habían tomado esteroides.

Incluso años después de suspender los esteroides, los niveles de INSL3 de los ex usuarios continuaron siendo notablemente más bajos que los de los hombres que nunca habían tomado esteroides, lo que sugiere que los medicamentos dejan un daño duradero.

Además, cuanto más tiempo un antiguo usuario había tomado esteroides anabólicos, más bajos permanecían sus niveles de INSL3 años después de haber dejado de consumir, mostró el estudio.

RECUERDA: Si tienes más dudas sobre este tema, consulta a tu médico.

 

Vía: Health Day News