Desde hace años ha existido cierta polémica sobre los posibles efectos negativos que tiene en la salud el hecho de golpear balones con la cabeza, principalmente en deportes como el futbol.
Y aunque sigue existiendo cierta incredulidad por parte de muchas personas, lo cierto es que existen hallazgos médicos que avalan que cabecear balones puede en verdad causar estragos en la salud integral.
Un reciente estudio al respecto concluyó que dar cabezazos a los balones de futbol puede afectar el equilibrio, principalmente en los adultos jóvenes, adolescentes y niños.
La investigación, que fue presentada en la Conferencia sobre las Conmociones Deportivas de la Academia Americana de Neurología (AAN, por sus siglas en inglés), encontró que los problemas de equilibrio son más comunes entre los jugadores de futbol que dan cabezazos al balón con una mayor frecuencia, en comparación con sus compañeros que no llevan a cabo esta práctica.
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“Los jugadores de futbol deben tener un buen equilibrio para jugar bien, pero nuestra investigación sugiere que los cabezazos podrían estar afectando al equilibrio, que es clave para todos los movimientos, y otro problema que se vincula ahora con esta práctica”, indicó Fernando Santos, autor del estudio e investigador de la Universidad de Delaware, en Estados Unidos.
Prohibición y recomendación
Estos resultados se suman a los encontrados por estudios anteriores, donde se concluyó que golpear con la cabeza balones de futbol frecuentemente puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de memoria y cerebrales.
Ante estos hallazgos, desde el año 2016, la Federación de Futbol de Estados Unidos prohíbe que los niños menores de 10 años practiquen esta clase de remates con la cabeza. Esta norma aplica actualmente a equipos de futbol infantil nacionales y equipos regulados por la Federación norteamericana, para el resto de equipos se trata solo de una recomendación.
Si tu hijo o algún familiar menor de edad practica futbol, lo ideal es tratar de persuadirlo de no intentar golpear el balón con la cabeza, ya que se trata de una acción completamente evitable y que no afecta en nada la práctica de este saludable deporte.
Vía: Health Library, Guía Infantil