Las antocianinas son compuestos naturales responsables de los colores rojo, anaranjado y azul violeta en muchas frutas, verduras y tubérculos.

Los investigadores han estudiado los efectos de diversas antocianinas en las bacterias que viven en el intestino (o microbioma intestinal) utilizando modelos animales.

En un estudio con ratones, las antocianinas no aciladas (no poseen un grupo acilo) del arroz negro incrementaron la abundancia de ciertas bacterias intestinales, incluyendo Akkermansia muciniphila, la cual se ha demostrado que estimula la secreción de insulina y mejora el metabolismo de la glucosa en ratones con diabetes tipo 2.

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Asimismo, se ha demostrado que las antocianinas aciladas de diversas fuentes, como el camote morado y la uva Concord, afectan el microbioma intestinal al promover el crecimiento de bacterias beneficiosas, inhibir el crecimiento de bacterias dañinas y aumentar la producción de ácidos grasos de cadena corta, los cuales benefician la salud intestinal y el control glucémico.

Pese a dichos hallazgos, los expertos señalan que la mayoría de los estudios hasta la fecha no cuentan con el respaldo o evidencia científica suficientes para saber lo que realmente sucede con las antocianinas en el tracto gastrointestinal.

 

Fuente: Medical News Today