En ocasiones podemos contaminar los alimentos sin percatarnos que lo hemos hecho. A continuación te presentamos algunos ejemplos de cómo solemos hacer esto sin que nos demos cuenta:
1.- Toser o escupir en la mano o peor aún, ¡en los alimentos!
2.- Rascarse la cabeza o pasarse los dedos por el cabello.
3.- Rascarse la nariz.
4.- La presencia de moscas o mosquitos en los alimentos.
5.- Lavado inadecuado o insuficiente de los alimentos.
6.- No lavar correctamente los utensilios.
7.- Usar el uniforme sucio.
8.- Frotarse la oreja.
9.- Cabellos sueltos en la comida.
10.- Tocarse un grano o herida abierta.
Cuando hablamos de contaminación en los alimentos nos referimos a toda materia que se incorpora al alimento sin ser propia de él y con la capacidad de producir enfermedad a quien lo consume. Básicamente esas materias pueden ser de tipo biológico, de tipo químico y de tipo físico.
Antes de que podamos consumirlos, los alimentos pasan por diversas etapas desde la cosecha, durante las cuales son sometidos a la manipulación de varias personas, entre ellos el productor, el transportista, el proveedor, el almacenador, el procesador (cocinero, operario u otro) el mozo y el ama de casa, etapas en los que los alimentos pueden sufrir contaminación.
Los alimentos se contaminan de diversas maneras, pues dada la variedad de fuentes de contaminación, resulta muy fácil el constante intercambio de contaminantes. De esta forma, las bacterias pueden pasar por ejemplo de la materia fecal de personas y animales a la tierra, o a las manos de los manipuladores, o a las aguas y desde allí a los alimentos, solo por citar algunos ejemplos.
Por ello, no olvides la importancia de lavar y desinfectar adecuadamente tus alimentos y de evitar los ejemplos antes mencionados, a fin de evitar contraer infecciones.
Vía: L.N. Lizeth Gómez M., Asociación Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica de Argentina
