El estrés suele ser asociado exclusivamente a la vida adulta. Para la mayoría de los adultos, los niños no enfrentan un día a día estresante, por lo que piensan que no suele ser un problema para ellos.

No obstante, la realidad es que los niños sí se enfrentan a una serie de situaciones que detonan en ellos el estrés.

La mayor parte del estrés que enfrentan los niños está en medio de dos extremos: no es bienvenido pero tampoco es perjudicial. En la mayoría de los casos, es parte del aprendizaje sobre las lecciones de la vida y el autoconocimiento.

Sin embargo, cuando los pequeños se enfrentan a una situación estresante extrema, que cambie su vida o la de su familia (como el fallecimiento de uno de los padres), pueden sufrir efectos duraderos en su salud y bienestar mental.

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Por su parte, los factores de estrés diarios -aunque tengan poca importancia para los adultos- también pueden tener consecuencias en su salud. Pueden contribuir a la falta de sueño o apetito, favorecer que estén enfadados o se vuelvan irritables, o incluso hacer que su comportamiento habitual cambie.

Factores detonantes de estrés

Para los pequeños, un factor estresante puede provenir de diversas fuentes: sus propias emociones, la presión de sus padres y/o maestros, sus compañeros, la sociedad, etc.

Entre los principales detonantes de estrés a los que se enfrentan la mayoría de los niños se encuentran los siguientes:

-Divorcio de los padres, o simplemente una discusión.

-No cumplir o equivocarse en un tarea escolar.

-Sentirse presionado para tener amigos o sacar buenas calificaciones en la escuela.

-Superar un impedimento físico.

-Cambiar de maestro en la mitad del año, o cambiar de escuela.

-Mudarse a otra casa o, peor aún, a otro vecindario.

-Tener un mal rendimiento deportivo.

-Ser víctima de bullying.

Consejos

De acuerdo con expertos, la forma en que un niño percibe el estrés y responde a él depende, en gran parte, del desarrollo, la experiencia y del temperamento individual de cada niño.

Asimismo, todos los niños mejoran su capacidad de manejar un factor estresante si han tenido éxito al manejar desafíos anteriormente y si sienten que tienen la capacidad y el apoyo emocional de la familia y los amigos.

 

Vía: Academia Americana de Pediatría (AAP)