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obesidad-riesgoSegún un grupo de expertos en el tema del Reino Unido, el aumento de preobesidad y obesidad entre los adultos de los países en desarrollo es alarmante. Este think tank señala en un informe reciente que este problema se está convirtiendo en una carga enorme para la salud pública.

El informe Dietas Futuras, del Instituto de Desarrollo de Ultramar (ODI) es un análisis sobre lo que se come en el mundo, y estima que uno de cada tres adultos tienen algún grado de preobesidad u obesidad. En este sentido, el panel de investigadores lanza una crítica a los gobiernos del mundo por no hacer frente a esta crisis, pues sostiene que un cambio es posible a través de las políticas adecuadas. Como ejemplo, se apunta que la población de Corea del Sur “comió 300% más frutas y 10% más vegetales en 2009 comparado con 1980, gracias a campañas concertadas dirigidas por el gobierno”.

Según el documento, en los países en desarrollo el número de adultos con preobesidad y obesidad ha pasado de 250 millones a 904 millones en las últimas tres décadas. Estos números, apunta el estudio, también continúan en aumento en los países desarrollados, en donde pasaron de 200 millones a casi 600 millones en el mismo lapso de tiempo.

A través del análisis de los datos disponibles, los autores muestran cómo desde 1980 las tasas de preobesidad y obesidad se han duplicado en México y en China, mientras que en Sudáfrica han aumentado en un tercio. En términos regionales, apunta el informe, las tasas de preobesidad y obesidad en el Norte de África , Oriente Medio y América Latina han igualado a las de Europa.

Las implicaciones que esto tiene son enormes para la salud pública, explica Steve Wiggins, uno de los coautores del análisis. “Las crecientes tasas de preobesidad y obesidad en los países en desarrollo son alarmantes. Según las tendencias actuales, a nivel mundial, vamos a ver un incremento en el número de personas que padecen algunos tipos de cáncer, diabetes, derrames cerebrales y ataques al corazón, poniendo una enorme carga sobre los sistemas de salud pública”.

Los investigadores de la ODI sugieren que una razón por la cual los gobiernos están fallando en hacer frente a la epidemia de obesidad en el mundo es que los políticos son reacios a intervenir en los hábitos alimenticios de la gente. Los gobiernos se han centrado en campañas de sensibilización pública, pero esto no es suficiente, señala el informe. Estas políticas han sido “tímidos” intentos, afirman los especialistas, si los contrastamos con las más audaces y exitosas campañas para limitar el consumo de tabaco en las naciones en desarrollo.

El informe puntualiza que “observando el espectro de políticas que existen, parece que la regulación y el gravamen fiscal son las políticas más efectivas en el tema de la dieta, pero estas políticas son precisamente las menos atractivas para el público y los políticos”.

dieta-mediterraneaPor esta razón, Steve Wiggins pide a los políticos ser “menos tímidos” y tratar de influir de manera más decidida en lo que la gente come. “El reto es hacer viable una dieta sana, al tiempo que se reduce el atractivo de los alimentos que poseen un menor valor nutricional”, agregó.

El aumento en el consumo de azúcar, cita el informe, es una muestra del cambio significativo que ha sucedido en la dieta de las personas. Ente 1961 y 2009, el uso de azúcar y edulcorantes se ha incrementado en 20%. Estados Unidos, Bélgica, Países Bajos, Nueva Zelanda, Costa Rica y México están entre los países con mayor consumo per capital de azúcar del mundo.

Otro indicador de estos cambios es el creciente consumo de grasas durante el mismo periodo. En el mundo en desarrollo, las tasas más altas consumo per cápita de grasa se ​​encuentra en Asia del Este y Sur de África, sin embargo estos no son ni la mitad de la de los países industrializados.

Vía: Instituto de Desarrollo de Ultramar (ODI)