Tragar un smoothie frío o una cucharada gigante de helado a veces conduce a un dolor de cabeza severo fugaz conocido como «cerebro congelado» o «congelación cerebral».

Pero una neuróloga te dice cómo puedes evitarlo.

«Una congelación del cerebro es lo que ocurre cuando la comida fría toca un paquete de nervios en la parte posterior del paladar», dijo la doctora Stephanie Vertrees, especialista en dolor de cabeza y profesora asistente clínica en el Texas A&M College of Medicine.

El término médico para el cerebro congelado es neuralgia del ganglio esfenopalatino, indicó.

«El ganglio esfenopalatino es un grupo de nervios que son sensibles a la comida fría, y cuando son estimulados, transmiten información que estimula una parte del cerebro para que haya dolor de cabeza», explicó Vertrees.

Este es el mismo paquete de nervios responsable de las migrañas y cefaleas en racimos. «Ha habido mucha investigación sobre este paquete de nervios, pero sobre todo para tratar de prevenir estos dolores de cabeza más graves y duraderos», dijo la experta.

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Destacó que en algunos casos, la congelación cerebral también podría ayudar a tratar las migrañas.

«Puede no funcionar para todos o hacerlo de vez en cuando, pero causarte una congelación cerebral puede aliviar una migraña», apuntó Vertrees.

Sin embargo, la mayoría de las personas prefiere aliviar la incomodidad temporal asociada con el congelamiento del cerebro o evitarla por completo.

«Para evitar la congelación cerebral, come los alimentos fríos mucho más lentamente para que tu boca puede calentarlos, y no inhales», aconsejó Vertrees. «Mantenlos en la parte delantera de la boca: la estimulación posterior es lo que desencadena la congelación cerebral».

Aquellos que sienten que un congelamiento cerebral está por ocurrir pueden intentar presionar su lengua sobre la superficie de su boca, para ayudar a reducir el dolor. El calor de la lengua puede calentar los senos nasales y los nervios que forman el ganglio esfenopalatino, afirmó Vertrees.

«Los congelamientos cerebrales no son peligrosos y son muy poco limitantes», mencionó. «Se trata de frenar y ser paciente y consciente de la probabilidad de tener una congelación cerebral si comes o bebes demasiado rápido».

 

VíaHealth Day News