• Los primeros estudios en asociar la utilización de pesticidas con el desarrollo del Parkinson se realizaron en los años 80.
  • Hasta la actualidad, ninguna de estas investigaciones ha determinado convincentemente las causas de esta situación.
  • Como podemos observar, es difícil establecer una asociación causal directa de este fenómeno. Así lo ha vuelto a  demostrar un artículo de la revista Neurology.

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El análisis, elaborado por los italianos Gianni Pezzoli y Emanuele Cereceda de la Fundación IRCCS de Milán, recopiló la información de 104 investigaciones sobre Parkinson y pesticidas publicados en diferentes revistas de medicina. Los resultados arrojan que hay un aumento del riesgo neurológico en las personas que se exponen a pesticidas, disolventes e insecticidas. No obstante, reconocen que es complejo conocer un vínculo causal.

Los expertos señalan que muchos de los trabajos revisados son muy pequeños o heterogéneos entre sí, o carecen de un control adecuado de la vía de exposición o la dosis ingerida. De esta forma, aunque los trabajos con más calidad metodológica si detectan las probabilidades del desarrollo de Parkinson asociado a estos productos tóxicos, continúa siendo necesaria una investigación rigurosa que permita obtener más conclusiones.

Otro estudio sobre la materia

Por su parte, Francisco Pan-Montojo, investigador de la Universidad de Dresde de Alemania, también agrega que se requiere conocer detalles sobre esta relación. «Lo que nos faltan por conocer son los detalles. Igual que no sabemos por qué hay fumadores que no desarrollan cáncer, no sabemos todavía si hay algún tipo de característica genética que proteja frente a los daños neurológicos de los pesticidas, qué nivel de dosis es tóxica, si hay ciertos herbicidas más peligrosos que otros», afirma.

En 2010, el equipo científico dirigido por el experto español vinculó la exposición prolongada a la rotenona- un tipo de pesticida– en el intestino con la muerte de neuronas dopaminérgicas en el cerebro de ratas. Después, otros expertos demostraron en la revista Environmental Health Perspectives que los químicos como la rotenona y el paraquat, que inhiben la función de la mitocondria, doblaban las probabilidades de Parkinson en humanos.

De la misma forma que el análisis italiano, este experimento arrojó que existe un  mayor riesgo en personas expuestas a dosis mayores y en lapsos prolongados. No obstante, al igual que la investigación realizada en Milán, falta comprobar correctamente cómo afecta la exposición a múltiples pesticidas a la misma vez y si la genética de cada persona influye en este proceso.