La hepatitis C es una infección viral que ocasiona inflamación y daño en el hígado. Dicha inflamación se presenta cuando los tejidos corporales se lesionan o infectan debido al virus de la hepatitis C (VHC), por lo que existe la posibilidad de que dañe los órganos, así lo señala el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos (NIDDK).

Si no se diagnostica a tiempo y recibe el tratamiento pertinente, la hepatitis C puede derivar en complicaciones severas que pueden poner en riesgo la vida. Por ello, el NIDDK nos menciona las enfermedades graves a las que puede dar lugar esta infección:

1. Cirrosis

Es una enfermedad en la que el hígado se descompone lentamente y no puede funcionar de manera normal. Esta hace que empiece a formarse tejido cicatricial, el cual reemplaza el tejido sano del hígado y bloquea parcialmente el flujo de sangre a través de dicho órgano. Durante las primeras etapas de la cirrosis, el hígado continúa funcionando. No obstante, conforme la cirrosis empeora, el hígado comienza a fallar y, eventualmente, deja de funcionar.

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2. Insuficiencia hepática

También se le conoce como enfermedad hepática en etapa terminal, y ocasiona que el hígado ya no pueda realizar funciones importantes ni que reemplace las células dañadas. La insuficiencia hepática progresa durante meses, años o incluso décadas.

3. Cáncer de hígado

Cuando se tiene hepatitis C crónica, las posibilidades de desarrollar cáncer de hígado aumentan considerablemente. Si la hepatitis C crónica propicia daño hepático grave o cirrosis antes de recibir terapia, la persona continuará teniendo una mayor probabilidad de cáncer de hígado incluso después del tratamiento. Si tu médico tiene sospechas, puede ordenar una prueba de ultrasonido para corroborar si está presente el citado cáncer, pues detectarlo en una etapa temprana mejora la probabilidad de curarlo.

Si tienes más dudas sobre estas y otras complicaciones de la hepatitis C, consulta a un especialista.

 

Vía: NIDDK