Una embolia pulmonar es un bloqueo repentino del flujo sanguíneo en una arteria de los pulmones. La causa más común es un coágulo de sangre ubicado en las venas de la pierna, conocido como trombosis venosa profunda, el cual se suelta, viaja a los pulmones y se aloja en uno de sus vasos sanguíneos.
Los síntomas comunes incluyen:
- Dolor en el pecho, que puede empeorar cuando una persona respira profundamente, tose, come, se agacha o se inclina hacia el frente
- Tos con sangre
- Dificultad para respirar
- Labios o uñas azulados
La condición es un evento potencialmente mortal que puede conducir a:
- Niveles bajos de oxígeno
- Daño pulmonar permanente
- Estrés en órganos como el corazón
- Daño a otros órganos que no reciben el oxígeno adecuado
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Tratamiento de la embolia pulmonar
El tratamiento de una embolia pulmonar implica evitar que los coágulos de sangre se agranden y se formen otros nuevos. El tratamiento más común consiste en utilizar anticoagulantes, que los médicos suelen recetar durante al menos 3 meses si el coágulo de sangre fue «provocado».
Si el coágulo es «no provocado» o «recurrente», entonces una persona podría necesitar un tratamiento más prolongado con anticoagulantes.
Dado que estos medicamentos aumentan el riesgo de hemorragia, es posible que las personas que los tomen tengan que tomar ciertas precauciones. Por ejemplo, es posible que deban tomar medicinas para proteger su estómago y minimizar el riesgo de hemorragia gastrointestinal. También está la posibilidad de que deban tener cuidado con determinadas actividades, como esquiar o andar en bicicleta de montaña, que pueden aumentar el riesgo de sufrir traumatismos y hemorragias.
Si una persona tiene un coágulo de sangre potencialmente mortal, un médico puede administrar un disolvente de coágulos, conocido como trombolítico. Un profesional de la salud también podría pasar un tubo delgado y flexible a través de los vasos sanguíneos para extraerlo.
Cuándo contactar a un médico
Alguien con dolor en el pecho debe buscar atención médica inmediata, ya que podría indicar condiciones potencialmente mortales como una embolia pulmonar o problemas cardíacos graves. El tratamiento oportuno puede prevenir complicaciones y resultados fatales.
Incluso si el dolor en el pecho se debe a la acidez, es mejor consultar a un médico, ya que los episodios frecuentes pueden dañar el esófago. Al mismo tiempo, es posible que los profesionales sanitarios deban excluir otros diagnósticos graves.
Vía: Medical News Today
