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En los bebés prematuros, la apnea y la bradicardia suelen presentarse juntas (al mismo tiempo), junto con niveles bajos de oxígeno en la sangre. La apnea es un período en el que la respiración se detiene brevemente. Es común que la apnea provoque bradicardia, término que se refiere a un latido cardíaco lento.

En primer lugar, se produce apnea y el bebé dejará de respirar. Debido a que el bebé no respira, los niveles de oxígeno en sangre disminuirán. Por lo anterior, el corazón se ralentiza en respuesta a los bajos niveles de oxígeno en sangre.

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Es comprensible que la afección pueda resultar estresante para los padres que ya de por sí se encuentran ansiosos y preocupados porque su bebé nacerá a las 37 semanas o menos. Finalmente, es importante destacar que la apnea y la bradicardia a menudo se presentan en bebés que nacen con menos de 35 semanas de gestación. 

 

Fuente: Very Well Health