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mujer-dormida-iLos altos decibeles de ruido en forma permanente, provocan que las mentes de las personas nunca descansen. Esto tomando en cuenta que fisiológicamente los canales auditivos nunca se cierran y que en lugares como la Ciudad de México se sufre de una falta de planeación urbana y de compatibilidad de usos de suelo.

Y es que la exposición constante al ruido influye de manera negativa en la salud, lo que repercute en padecimientos auditivos, de estrés y hasta cardiovasculares. Según varios estudios, este problema en zonas escolares, por ejemplo, impide la concentración de los alumnos.

A decir de la doctora Jimena de Gortari Ludlow, académica del Departamento de Arquitectura de la Universidad Iberoamericana, el ruido continuo –predominantemente de autos– impide descansar a los habitantes de la Ciudad y, de esta manera, los imposibilita para alcanzar los niveles adecuados de bienestar, confort y calidad de vida.

En este sentido, entre los más afectados se encuentran, por ejemplo, las personas que viven al lado del segundo piso del Periférico, donde se escucha la circulación de los coches durante las 24 horas del día y cuya construcción es incompatible con el uso de suelo habitacional.

El nivel sonoro debe guardar un equilibrio en función de la hora y las actividades que se realizan. Lo recomendable es tener decibeles bajos alrededor de los hospitales y colegios, en tanto, no se debería exceder –al menos a la hora de dormir– los 40 o 50 decibeles en las zonas de casas.

El impacto que causa el ruido en la calidad de vida de las personas que habitan las metrópolis, ha resultado en legislaciones restrictivas en materia sonora en algunos países; no obstante, en México no ha ocurrido de esa manera.

En todo caso, la relación ruido-urbe no siempre es negativa, pues la sonoridad también es una peculiaridad de las ciudades. Existen sonidos positivos que se deben proteger, como el claustro de una iglesia o ciertos parques, debido a que su aislamiento deja a las personas fuera del continuo sonoro.

Apreciar, al menos una vez al día, “el sonido del silencio” es recomendable para que la gente alcance un momento de tranquilidad mental.

Vía: Universidad Iberoamericana