El acné quizás sea más visible en la piel, pero para muchas personas, sus efectos son mucho mayores que solo manchas temporales.
De acuerdo con la Academia Americana de Dermatología, el acné puede conducir a diversos problemas físicos y emocionales, entre los cuales destacan:
- El desarrollo de una baja autoestima y aislamiento.
- El desarrollo de depresión, que puede llegar a ser grave.
- Desarrollar manchas oscuras o puntos negros que prevalecen después de que el acné ha desaparecido, los cuales pueden durar meses o incluso años.
- El desarrollo de cicatrices.
No todas las personas presentan cicatrices tras un brote de acné. Existen casos en los que el daño inflamatorio es superficial y se presenta enrojecimiento o alteraciones de la pigmentación como secuelas del acné.
Estos problemas son transitorios y tienden a resolverse. No obstante, determinados equipos como la luz pulsada intensa o los láseres para lesiones pigmentadas pueden ayudar a que el o la afectada mejore más rápidamente, ayudándoles también a recuperar la piel con mejor calidad.
Otras personas presentan verdaderas cicatrices producidas por el acné. Las más frecuentes son las atróficas, aquellas en las que existe una pérdida o disminución del tejido cutáneo(depresiones en la piel), pero también aparecen cicatrices hipertróficas (hinchazón muscular) y queloides (crecimientos exagerado del tejido cicatricial en el sitio de la lesión).
Tratar las cicatrices de acné es un reto para el especialista, pero hoy en día se disponen de equipos innovadores con resultados cada vez más prometedores. Para ello, te recomendamos consultar nuestra nota sobre los procedimientos médicos para tratar el acné que actualmente existen.
Las cicatrices atróficas pueden ser puntiformes y profundas, o depresiones mayores con menor profundidad. De acuerdo al tipo de daño, la persona será evaluada por el dermatólogo para referirle el tratamiento más adecuado.
Vía: HealthDay News, Instituto Médico Láser
